-26-

19 2 0
                                    

<El día amaneció nublado y se veía claramente que llovería... tomé mi paraguas y salí de casa sin ningún rumbo, mi mirada se dirigiría hacía al suelo y podía observar como las gotas rebotaban al momento de caer al piso.
—¡Permiso!
Podía escuchar que desde lejos provenía una voz, mas no le di importancia. Hasta que escuche que cada vez ese "permiso" se escucha más y más cerca...>

—¿Qué escribes?

Ni me había dado cuenta que habías llegado.

—¡Ah!... Me asustaste.
En eso cierro mi libreta lo más rápido que pude.

—Esa fue mi intención.
¿Qué estabas escribiendo?

—Yo... na... nada, me tengo que ir.

23/11/16

Hasta la última hojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora