El juego del diablo

Capitulo 2: El juego de la llamada

-Que hay, Max-
Saluda el chico a su amigo llegando al salón de clases unos minutos antes de el inicio de estas.
-Hey, pensé que no vendrías-
Sonríe el castaño chocando la mano con el azabache.
-No me lo perdería- Contesta. -Ya llegaron las chicas?-
-Aquí- contesta la chica de cabello claro castaño y ojos verdes.
-Agus! No te aparezcas así-
Dice el azabache algo exaltado por la repentina aparición de su amiga.
-Basta, la clase empezó- Regaña a los tres una chica de cabello negro y ojos grises.
-Que aguafiestas Mia-
Se burla Max de su amiga mientras que los cuatro toman asiento.

Las primeras tres horas de clase pasaron comúnmente. Con los cuatro en el fondo del salón sin llamar la atención y Mia levantando la mano ocasionalmente para cuestionar a los profesores.

Llego el primer descanso.

-Hey, recuerden que no deben de decirle nada a nadie- Dice el azabache a sus amigos
-Entendido- contestan los demás.

Los cuatro chicos se dispersan por el colegio, cada uno por su lado sin levantar sospecha alguna. Dirigiéndose todos al mismo lugar, al gimnasio abandonado del instituto. Se contaba que había ocurrido una masacre en aquel lugar, que uno de los estudiantes había enloquecido y matado a siete de sus compañeros, ahora solo se usaba de bodega para la escuela.

Los cuatro llegaron al tiempo acordado, cargando consigo sus mochilas.

-Trajeron todo?- pregunta Max a los otros tres.
-No, solo traemos las mochilas de adorno- Contesta burlona mente Mia al chico.
-Muy linda- contesta sarcástico el castaño.

Terminada la pequeña discusión del par de chicos. Comienzan el pequeño juego que habían acordado.
Sacaron varios papeles para registrar lo que ocurriera y los hallazgos que tendrían de por medio.
Los cuatro se sentaron en circulo, y con su celular correspondiente llamaron a quien tenían e su izquierda.

Ocupado
Ocupado.
Ocupado..
Ocupado...

Hasta que, el telefono de Mia fue contestado.

-Contestaron!- Dice emocionada la chica a los otros tres, quienes cortan de inmediato su llamada.
-Pon el altavoz- Le sugiere Ethan, Mientras la chica hace caso.

No sonaba mas que estática...
Así pasaron unos cinco minutos.
Hasta que se comenzaron a escuchar gritos...

Gritos de ayuda

"el viene!"

"Oh dios.."

"Esto es el infierno!"

Seguidos de disparos, golpes y mas gritos. Pero estos de agonía.

Los cuatro escuchaban estupefactos lo que pareciera ser un asesinato masivo, una masacre. Mientras registraban con letra débil y temblorosa lo que lograban descifrar de aquellos últimos gritos de agonía pura.

"Ayudame dios"

"Dios no existe!"

Fue lo ultimo que se escucho de esa chica, seguido de un disparo... Después, pasos. Pasos que pareciera que se acercaran a aquellos chicos. Que seguían tratando de mantenerse en pie para terminar el juego.

Los pasos se detuvieron... Se detuvieron justo detrás de Ethan.

¿Como es que la pequeña bocina del celular producía aquellos ruidos tan reales?

¿Realmente venían desde el teléfono?...

Un golpe.

-ETHAN!-

Grito la castaña al ver los cabellos oscuros del chico azotar contra el suelo, y a este cerrar poco a poco sus ojos cafés.

-Nunca juegues con lo que no puedes controlar-

Se escucho decir a una ultima voz desde el celular, justo antes del ensordecedor sonido de un disparo. Como si lo hubieran hecho sobre el micrófono del teléfono, justo a un lado de la oreja...

-Llamada finalizada-

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El juego presentado aqui es un ritual real, adaptado a la historia.
La escritora no se hace responsable por lo que pueda pasar al realizarlo