Este tema es el principal y el que, al parecer, más os cuesta entender, pero es sencillo:
NO nos gustan los príncipes azules (sin ánimo de ofender).
Según la encuesta realizada entre nosotras, las princesas, solo el 3% están conforme con su príncipe de esta tonalidad. Un 48% prefieren un príncipe de otro color (a poder ser negro o mulato). Mientras que otro 25% no se preocupa del color, sino del género, pues prefieren a otra princesa; y el 24% restante solo quiere quedarse con sus demonios sin ser molestada por nadie.
Las estadísticas no engañan, a parte, está demostrado científicamente que son un coñazo. La mayoría de estos personajes van de galanes y caballeros pero sin sus armaduras, creanme que, no son nada. Son unos desastres y unos impresentables, ¿quién les da permiso a que nos interrumpa nuestra plácida siesta con un beso? O ya que lo hacen, que se laven los dientes antes por lo menos. Después ven a un dragón inofensivo que solo quiere jugar y acaban utilizándote de escudo humano (anda que nos protegen así mucho).
En resumen, solo es una ínfima parte las que quieren más príncipes azules que las salve. Pero escuchad a la mayoría, que queremos a chicos y a chicas normales, que no dependamos de ellos. Y que no se vean en la obligación de salvarnos, sabemos cuidarnos solitas. Queremos a alguien que nos enseñe a salvarnos solas de nuestros propios miedos y a los que poder impulsar también, que una relación es cosa de protegerse y de cuidarse sí, pero a partes iguales. No queremos a alguien que mate nuestros monstruos internos, sino que aprendan a lidiar con ellos, no queremos a alguien que sea fuerte, sino que nos quiera. No queremos una relación de cuento, queremos una relación sana.
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Manifiesto de princesas
AcakNos dirigimos a ustedes con la intención de explicar ciertos aspectos que, por lo que vemos, no tenéis muy claro. La finalidad de esto es que dejéis de vernos solo como suaves muñecas de porcelana frágiles y bonitas. Que vale que algunas lo son pero...