Al final de este viaje

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Bueno este es el premio que me pidió @Alaiaack por su hermosa portada para mi one shot "lo que hago por ti" (les pido que le den oportunidad).

Bueno espero votos y comentarios

¡A leer!

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Viajar. Una de las experiencias más placenteras que podemos experimentar la mayoría de los seres humanos, ya sea solo por ir de compras, oportunidades de estudio o trabajo, turismo, conocer nuevas culturas, apaciguar el estrés, ansias de aventura, reunirte con amigos o familiares que viven lejos, escaparte o simplemente presumirle a tus amigos tus fotografías y suvenires que demuestran que estuviste en Praga despilfarrando o en el Caribe en compañía de un morenazo increíblemente guapo o una mulata exquisita (todo depende de los gustos de cada uno). Pero sea cual sea la razón, se ama viajar y es una lástima que hacerlo deba tener un precio tan elevado cuando movilizarse con libertad al destino que uno quiera está escrito en la carta de derechos humanos.

El problema de los viajeros es que suelen olvidar que no todo puede salir exactamente como se planea, siempre hay imprevistos y vueltas en la vida, no podemos evitar accidentes, no podemos prever el futuro y mucho menos manejar todo, por ende cada experiencia que se sale del plan que no sea muy grata durante el momento queda en tu memoria como "esa puta mierda que me cagó las vacaciones" en vez de tomar el lugar que le corresponde: una experiencia. Todas las experiencias de viaje buenas o malas son eso: parte del viaje y por ello deben todas verse con cierta nostalgia en lugar de amargarse unos minutos por algo que ya paso y no se pudo controlar y terminó dándote algo inesperado completamente ¿Pero no es de eso que se tratan las grandes aventuras? No puedes vivir una aventura digna de recordar si todo salió perfecto, pues se necesitan percances, uno que otro problemilla, eventos tragicómicos ¿Y por qué no? Pasar una que otra vergüenza.

A veces el viajero frecuente olvida también (y constantemente) es que no interesa mucho el lugar a donde vayas siempre, si no quien te acompaña. Puedes ser tú mismo y hacer un viaje a tu interioridad, puede ser con tus mejores amigos y hacerlo una aventura graciosa (y de paso ver quiénes son realmente en medio de la convivencia), con tu familia y que sea una agradable vacación familiar, con tu pareja y tener una envidiable escapada romántica o puede que tu compañero de viaje lo conociste en medio de tu recorrido y decidieron hacerse compañía (si tienes suerte no te toco un drogadicto peligroso que se robara todas tus cosas para comprar crack).

Como ya dijimos lo mejor de los viajes es lo imprevisto y la compañía ¿Pero qué pasa cuando empiezas un viaje con alguien y lo terminas con otra persona que ni conocías? Nadie lo sabe con certeza solo debes ver qué pasa. Eso es lo que Levi Ackerman y Petra Ral lo descubrieron en unas vacaciones de lo más accidentadas, que hoy recuerdan con nostalgia y con una sonrisa.

Claro, como todas las personas ya tenían sus planes al viajar, sus motivos y todo organizado.

Levi Ackerman, (veinticinco años, estatura por bajo del promedio masculino, cabello negro, caucásico, ojos grises de mirada fría, rostro inexpresivo, cuerpo esbelto y atlético) decidió que viajaría a donde sea que lo llevará el camionero adicto a las latas de Red Bull y apestado a frituras, el higiene de ese hombre le molestó a tal punto que en la primera vez que se detuvieron a ponerle combustible al camión Levi insistió (por no decir que no pidió permiso) en limpiar el interior del vehículo a pesar de que el buen hombre le dijo que no era necesario, pues confundió las manías de orden y limpieza de aquel joven con amabilidad nata que su compañero de viaje en realidad no tenía (por lo menos no con personas que conociera menos de un año, si, es una persona difícil).