III

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Bueno aquí está el tercer capítulo, espero les guste y les agradezco a todas las personas que le dieron una oportunidad a esta pequeña historia.

Lean, voten y comenten por favor

¡Aquí va el capítulo!

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-¿Dónde estamos? – Pregunto la chica saliendo del agua cuando comenzaba a enfriarse. El sangrado se había detenido y debía cambiarse a ropa limpia y seca. Levi le pasó su mochila para que escogiera ropa que ponerse.

-¿Tienes otro par de zapatillas o botines para caminar? – Preguntó observando las mojadas zapatillas de trecking.

-No...pero el material de este calzado es bueno así que solo hay que esperar a que se seque, no se arruinará si se moja. – Respondió simplemente.

Petra sacó una camiseta musculosa blanca, unos shorts de denning, ropa interior limpia y unas sandalias para usar en la ducha pero que también le servían para no andar descalza en esa casa ya que aún estaban secas.

Iba a cambiarse pero vio a Levi mirando los alrededores del baño sin ánimo de salir de esa habitación.

-Oye...me voy a cambiar ahora así que sal...- Dijo la muchacha.

-Bien. – Estaba por irse pero antes agarró el bulto de ropa sucia y mojada de Petra para llevárselo a fuera.

-¡O-oye! ¿Qué haces con mi ropa? – Quiso quitarle sus prendas, pues entre medio estaba su ropa interior.

-Pues hay que lavarla y secarla. – Dijo Levi simplemente.

-Lo hare yo....- Fue hasta el pero el no le permitió.

-No, dijeron que debes descansar y mantenerte tibia por veinticuatro horas si vas a volver a salir. – Le respondió.

-Pero yo aún puedo...

-Cámbiate ahora o te helaras.- Respondió tan simple e indiferente a la vergüenza de la chica.

-Al menos deja que yo me encargue de lo que está sucio. – Rogó para que por ultimo le diera sus bragas.

-Sé lavar mocosa. – Seguía sin entender la actitud de aquella chica.

-Ya te dije que soy Petra, no mocosa. Dame ya yo me encargó...

-No. – Si iba de la habitación.

-¡Que me la des! – Se abalanzó sobre el tirándolo al suelo con ella encima.

-¡Por un carajo! ¿Y a ti que coño te sucede? – Se enojó.

-N-no puedes tocar cosas de una mujer que no conoces solo porque si – Quiso explicarle la chica roja cual cereza.

-¿De qué coño hablas? Ya quedo claro que no tienes nada que yo quisiera o pudiera robar y además...

-¡No dejare que toques mi ropa interior! – Le gritó la chica admitiendo al fin su congoja.

Entonces a Levi se le prendió el foco.

-Ah, eso. – Dijo indiferente – ¿Eres consiente que anoche tu y yo ya...?

-¡Eso no cuenta!

-Bien... quiero que sepas que en casa nos repartíamos las tareas y cuando me tocaba la ropa eso incluía los calzones de mi hermanita.

-No creo que cuente...

-Bueno, también le cambiaba las sabanas cuando mojaba la cama cuando éramos pequeños...no lo ha vuelto hacer desde los cuatro años pero ahora le lavo los calzones cuando esta...

Al final de este viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora