Capítulo 17

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Hacía muy buen tiempo, y el turismo en Gangwon era más abundante que el de la última vez que estuve allí, aun así encontramos un buen lugar en la arena para pasar el día. Mis ánimos no estaban muy altos, de hecho hasta que Hakyeon no me obligó a meterme en el agua, me mantuve alejado del grupo.

Entre algunas zambullidas y los juegos de pelota acabamos exhaustos y finalmente decidimos comer los aperitivos que trajimos. De esta manera pude distraerme un poco y conocer más a fondo a Jongjae, un chico bastante simpático y muy parecido a mí en cuanto a gustos, pues en su caso tocaba la guitarra en un grupo y esperaban debutar próximamente en un escenario.

El atardecer ya comenzaba a hacerse presente, y muchas personas ya se marchaban dejándonos prácticamente solos, acabamos sentándonos por parejas, pues Dongyul, el otro amigo de Ken, conoció ese mismo día a un chico extranjero y saltaron chispas. Yo alargué mi conversación con Jongjae más de lo que esperaba, llegando incluso a apartarnos de nuestro grupo.

Caminamos por la orilla mientras me contaba más sobre sus aficiones y el futuro de Hipnotic, su banda de rock, hasta que llegamos a la zona rocosa y Jongjae no tardó en lanzarse sobre mí. Al principio fue extraño, noté sus cálidos labios sobre los míos de manera suave, como si pidiera permiso y luego aumentó su intensidad, haciendo que no fuera para nada desagradable y termine correspondiendo.

Nos faltó el aire pero no tiempo, así que después de respirar, esta vez fui yo el que me adelanté, me gustaban pues aún tenían el sabor del helado que nos comimos de postre. Jongjae no se quedó atrás tampoco y no tardó en meter las manos por debajo de mi camiseta, tocando todo a su paso.

La temperatura subía por momentos, e incluso llegamos a tumbarnos en la arena, Jongjae se veía muy atractivo con la luz de la luna iluminando su rostro, y en ese momento paré en seco. Suspiré y caí derrotado sobre su hombro, el chico se dio cuenta de ello y me miró extrañado.

- ¿Pasa algo? – Desvié mi mirada hacia la casa en ruinas que había a nuestra espalda y suspiré.

- Lo siento. - Me levanté y me coloqué la camiseta que en algún momento Jongjae había hecho desaparecer.

- ¿Te encuentras bien? Perdóname no quería ser así... - Agachó la cabeza. – Te veía callado al principio, pero hablar contigo me ha gustado más de lo que imaginaba.

- El problema no eres tú, créeme. – Lo dije lo más sincero que pude, no quería que se sintiera mal. – Necesito estar a solas, ¿te importaría...?

- Volveré con los demás. – Sonrió algo triste, pero dio media vuelta y se fue.

Me supo realmente mal por él, pero peor hubiera sido seguir con esto cuando cada vez que yo profundizaba el beso era porque el rostro de Wonsik aparecía en mi cabeza. No iba a negar que el chico me pudiera llegar a gustar, pero en esos momentos mi peliblanco aún seguía presente.

Avancé hacia la casa abandonada, la misma en la que Wonsik se encadenaba para no hacer daño a nadie, el lugar donde me contó su historia y tuve la necesidad de protegerlo yo más a él que él a mí. La única diferencia desde la última vez que pisé aquel lugar, eran las enredaderas que se habían apoderado de las paredes y de la columna donde él se ataba. Aquello me confirmó que Wonsik no había vuelto a venir aquí. Me acerqué a la trampilla que utilizaba para guardar las cadenas de plata, habían desaparecido. Aquello me desanimó aún más, pues quería decir que él podía estar más lejos de lo que creía.

Me recosté sobre la única ventana que se mantenía en pie y daba al mar, miré la luna, no era llena pero iluminaba lo suficiente como para recordarlo. Lo echaba de menos, y no me importaba que él no lo hiciera, quería contarle todo lo que le había escrito en las cartas, quería hablar con él, simplemente quería decirle que lo quería.

Dirty Paws (Wontaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora