- Venga Lya, arriba – Dijo mi madre subiendo la persiana de mi habitación.
- Mamá, es sábado, déjame dormir – Haciéndome la remolona.
- Así es, y ya vienen tus tíos de camino.
- ¿Qué tíos? ¿Para qué?
- Tu tío Jon, mi hermano, con su mujer. Te lo llevo diciendo desde el lunes – Lo olvidaba, barbacoa familiar.
- Oh, ¿y vienen también sus hijos? - Eran los niños mas repelentes y malcriados que había visto en mi vida.
- Claro, tus primos – remarcando esto último - son pequeños, ¿que van a hacer si no?
- No haber nacido... - murmuré
- ¡Lya! - Al parecer no lo suficientemente flojo
Me levanté cuando mi madre salió, por fin, de mi habitación y me fui directa al baño. Me miré en el espejo con cara de autocompasión, iba a ser un día largo.
Cuando ya estaba lista, bajé a la cocina dispuesta a desayunar, necesitaba llenar mi estómago antes de aguantar a esos niños insufribles, pero mi madre se ha levantado hoy con ganas de fastidiarme.
- No comas nada, es muy tarde.
- ¿Qué? ¿Me quieres matar de hambre?
- Haberte levantado antes dormilona y ahora ayuda a llevar las cosas al jardín, vamos a comer fuera.
- No tengo fuerzas, mi cuerpo necesita ingerir comida para tener energía – puse voz ronca, como si realmente me estuviera muriendo de hambre mientras me desparramaba en la isleta de la cocina – Ay, no, ¡con la chancla no! Vale mami, ya voy, ya voy.
No sé a quién le gustaba menos la idea de la barbacoa, a mi padre o a mi. Él siempre había pensado igual que yo, o más bien, yo igual que él. Era mi aliado contras las locuras de mi madre y su odiosa familia, que bueno, también es la mía, pero menos.
- ¿Y esa cara? - Me preguntó mi padre mientras preparábamos la mesa del jardín
- Ay es que ¿enserio tengo que quedarme? Yo ya soy mayor, ¿qué pinto aquí?
- Ah, te quieres ir y dejarme solo ante el enemigo, ¿no? Decides abandonar a tu compañero... - Con tono burlón y haciendo que me riera
- Que manía de mantener la familia unida de verdad... ¡si bastante nos vemos en navidad!
- Bueno pero tu madre necesita tener a su hermano cerca, vamos a hacer un esfuerzo por ella
- Yo nunca sabré que es eso...como nunca me quisisteis dar un hermano... - Sí, soy hija única y siempre he querido tener un hermano
- Lya... ¿ Por mamá vale? - Asentí con la cabeza - Y por mi también, que sino con quien me voy a reír de las historias de aventuras que se saque tu tío de la manga
- O de las trastadas que siempre hacen sus hijos, que por cierto, a saber cual será esta vez
- Solo espero que no sea relacionada con el carísimo bolso de piel de la madre, porque sino prepárate para el concierto de ópera
Empezamos a reírnos a carcajadas imaginando la situación. Seguimos colocando los cubiertos y los vasos cuando me quedé observando la casa adosada a la nuestra. Los patio de ambas casas solo estaban separados por unas vallas de maderas que me llegarían a la altura del pecho, nunca había hecho falta más porque desde que tengo uso de razón esa casa ha estado vacía, lo que hizo que me llamase la atención ver lo que ví.
- Oye papá, he visto como movimiento en la casa – Dije señalando la casa vecina
- ¿Movimiento? ¿Que baila la casa ahora o qué?
- No, lo digo enserio, como si hubiese alguien dentro
- No sé, será alguien de la inmobiliaria, han empezado, otra vez, con el papeleo para intentar venderla
- Puede ser - No sé por qué pero me había asustado de sobremanera ver algo de vida en esa casa, parecerá absurdo, suena absurdo. Supongo que fue porque no estaba acostumbrada.
Sonó el timbre, oh no, ya estaban aquí, que pereza me daba tener que pasar el resto del día con mi tío y compañía. No me hacía especial ilusión encontrarme con ellos así que me demoré mas de la cuenta en entrar en la casa. Cuando por fin estaba aceptando la triste realidad, volví a ver movimiento en la casa contigua, lo que hizo detener mi paso y acercarme a la valla para ver quien había. Mi instinto cotilla, que yo prefiero llamarlo "el querer estar informada", afloró y ahí me planté yo, pegada a la valla, cual señora de tercera edad examinando todo el jardín de mis no-vecinos en busca del ser misterioso.
- ¡Lyaaa, entra a saludar! - Gritó mi madre desde dentro dejando a relucir su parte de pueblo, verdulera en estado puro. Aparté la mirada del sospechoso jardín.
- ¡Vooooooy! - Como si fuera en un tractor por el campo.
Volví a girar la cabeza para seguir con mi investigación y...
- Hola, ¿te puedo ayudar en algo?
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El chico del jardín de al lado
Fiksi RemajaLya es una chica joven, hija única y ojito derecho de papi. Como todos los adolescentes, su única preocupación es pasarlo bien. Torpe, ingeniosa, divertida, perezosa y sin filtro a la hora de decir las cosas, su vida da un giro inesperado cuando la...