Sonó el despertador y me levanté de golpe, dios, como odiaba ese ruido, nunca me acostumbraré a él. Siempre me da unos sustos tremendos. En fin, me presento, soy Abie Jones, pero podéis llamarme Ab, todos me llaman así. Hoy es mi primer dia de instituto y estoy algo nerviosa, la verdad es que estoy nerviosa desde el momento en que aterricé en este mundo. Sé lo que os estáis preguntando y no. No soy de este mundo. Más adelante os lo contaré todo detalladamente. Bueno, como os iba diciendo, hoy es mi primer dia y estamos a mediados de curso, un poco raro todo pero en fin.
-¡ABIE JONES BAJA QUE LLEGARÁS TARDE A TU PRIMER DIA! -Dios, que susto, esta mujer es de lo que no hay.
-Siiiiiiiiiiiiiiiii, mamá tranquila, ya voy.
Me planté delante del armario, la verdad es que no sabia que ponerme. Ajá, esto servirá. Me arreglé y bajé a desayunar.
-Hola mamá, buenos días. -Le dediqué mi mejor sonrisa.
-Buenos días Abie, ¿estás preparada para tu primer dia?
-La verdad es que no. No estoy segura de encajar en este mundo, y menos con los de mi edad.
-Tranquila cielo, ya verás que todo irá genial. Y recuerda. No le eches el ojo a ningún chiquillo. Ya sabes que no podemos relacionarnos con humanos.
-Sí mamá por eso puedes estar tranquila.
-Venga, deprisa que perderás el autobús. -¿Cómo? ¿El autobús? ¿Estará de coña no?
-De acuerdo. -Le puse los ojos en blanco.
Me apresure a coger mis cosas y en menos de cinco minutos el autobús estaba allí.
-Adiós mamá. Te veo al mediodía.
Entré al autobús y todos se me quedaron mirando raro. Por mi suerte no había sitios libres y el conductor me estaba pidiendo que me sentara. Un, dos, tres vistazos más y nada.
-Venga señorita que no tenemos todo el dia. -Me dijo el muy amable conductor.
No me quedaba otra que sentarme al lado de ese chico de pelo castaño y ojos claros. ¡Genial! Pensé, mi primer dia y esto era lo último que quería, sentarme al lado de alguien. Que por si no lo sabíais, este será mi sitio hasta terminar el curso. Doble de genial. Me acerqué donde estaba ese chico y me senté. No me miró, ni siquiera me dirigió la palabra, se lo agradecí mucho, ya que no estaba de humor para hablar con nadie.En todo el camino el chico no despegó la vista de la ventana. No se, era un tanto raro. Como en todos los autobuses, esta dividido por clases, al principio los no populares, al final los populares y en medio estaba la gente que pasaba desapercibida. Era un tanto raro porque a un chico como él yo lo hubiera clasificado en los populares. Por fin habíamos llegado, no tendría que volver a ver a este chico hasta la vuelta a casa.
Repasé el horario que me mandaron y… Matemáticas, esta bien para empezar la mañana. Uau, todo esto es enorme, vamos a ver… matemáticas, matemáticas, ajá aquí está.
-Buenos días, ¿señorita? ¿Señorita Jones verdad? Encantado de conocerla. Vamos tome asiento.
-Buenos días. ¿Señor?
-Ah sí, disculpe. Señor Harvey, pero llamame Harvey a secas, no me gusta eso de señor.-Una pequeña risa salió de él.
-Esta bien. -Asentí y me alejé de él.
Me dirigí a coger sitio y esta vez pude permitirme el lujo de escoger. Me senté a mediados. Ni a última ni a primera. Si por el medio estará bien.
La clase se me pasó rápida. Vamos a ver… ahora clase de Literatura, agh eso si que no me gusta. Y no tengo ni idea de por donde está. Sí, aquí está. Lo mejor de todo es que no llegué muy tarde. Entré y ¿qué? Ese es el chico del autobús, madre mia espero que no me vea. Pero, ¿cómo te va a ver? si estáis en la misma clase. El profesor me dió la bienvenida y todos los rollos esos y me senté al lado de la ventana. Sí, un sitio perfecto para poder dejar de prestar atención. El chico se sentaba a la otra punta.