Durante toda la clase de literatura notaba como que si alguien no dejara de posar la vista en mi, me sentía muy observada, no me armaba de valor de girarme y descubrir quien estaba mirándome hasta que no pude aguantar más, y encima me picaba la curiosidad, y me giré, y adivinad quién me estaba mirando, si, exacto, el chico del autobús. Cuando me giré él al mismo tiempo giró su cabeza, por eso descubrí que era él. La verdad es que no sé como se llama, creo que el maestro dijo algo de Tomlinson, pero no estoy muy segura, casi que a la próxima que el maestro pase lista estaré atenta. La clase de literatura pasó súper lenta, no me estaba enterando de nada, yo me dedicaba a mirar por la ventana, hasta que…
-Señorita Jones, ¿tan interesante es lo que hay fuera de la ventana?-Coño, que susto me dió.
-La verdad es que no, sólo me había embobado mirando al gato ese de allí que estaba trepando por el árbol.-Me encogí de hombros y todos se rieron, madre mía que vergüenza, a veces me tendria que estar calladita.
-¿Ah sí? ¿Y es más interesante ver al gato que trepa que mi clase?
-No señor Harvey, lo siento. -Dije algo nerviosa.- Perdón, Harvey “a secas”. -Todos se volvieron a reír otra vez por mi acto de las comillas.
-¿Encima cachondeo? Está bien, que sepa usted que esta castigada después de clase.-Dijo algo irritado.
-P-pero… ¿Por qué? Si no he hecho nada.
-Por cachondearse de mí. -Genial, mi primer dia y ya estoy castigada.
Por suerte la clase ya había terminado y no tenía que ver al pesado de Harvey “a secas” en dos días.
Las clases terminaron y me fui a la sala de castigos, por una parte estaba bien asi no tendria que ir en autobús y sentarme al lado de ese tal Tomlinson. Entré y la sala estaba infestada de gente pasota que se ve que pasan más tiempo aquí que en la calle y me senté al final de esa sala. Saqué una hoja y me puse a dibujar, me encanta dibujar y ¿qué mejor que pasar el rato infernal aquí dibujando? Estaba yo agachada cogiendo unas hojas cuando de repente oí:
-Buenas tardes.
-Buenas tardes señor Tomlinson. Vaya es su primer castigo también. Chicos escuchadme,-dirigiéndose a “los pasotas”- tenemos aquí a dos alumnos nuevos en la sala de castigos, tratadlos bien eh.
En eso que levanté la cabeza y nuestras miradas se cruzaron, fué una sensación muy rara. Como un escalofrío que te recorre todo el cuerpo. Lo que yo os diga una sensación rara porque no me había pasado antes con nadie más. El tal Tomlinson, que seguro que tiene nombre pero no me lo sé, cogió el papel que le dio el maestro y se sentó. A mi lado. <<¿A mi lado? ¿Por qué a mi lado? Mira si tienes sitios.>> Pensé.
-Hola. -Me susurró. Yo levanté la vista de mi dibujo y le salude con la cabeza. -¿Qué haces?
-Dibujar, ¿no lo ves?
-Si, si perdona, sólo es que… ¿Qué dibujas?
-Nada, un paisaje, más que nada para pasar el rato.¿Y tú? ¿Qué haces?
-Voy a hacer matemáticas, aunque no me aclaro nada.
-Oh, ¿enserio? Me encantan las matemáticas, estoy en el curso avanzado. Si quieres te podría ayudar. -¿Eso ha salido de mi boca?
-¿Hablas en serio? Me encantaría. No nos llevamos nada bien, como ya te he dicho.
-Por supuesto, a ver… ¡Esto esta chupado! -¿Otra vez? Esta no soy yo.
-Pues si eres tan amable, ayudame con los ejercicios para mañana.
-Vale, enseñamelos. -Me tendió su libro. -Mira, en el primero tienes que extraer la raíz de este conjunto de polinomios para que te sea más fácil operar.
-Vale, de acuerdo, muchas gracias.
-Y en los otros sólo tienes que operar con ellos y ejercicios hechos. -Le dije con una gran sonrisa.
-Muchas gracias Abie.
-De nada, Tomlinson.
-Oh por favor, soy Louis.
-Perdona Louis es que sólo pillé tu apellido. -Dije algo avergonzada.