Estoy sentado en el sillón de la sala de mi casa, mirando sin mucho atención el celular, pensando simplemente en nada, últimamente eh estado casi seguro de que mi vida no tiene sentido y eso me ha puesto muy pensativo, simplemente no sé qué razón tiene existir, justo en mis pensamientos frente a mi pasa mi Niñera, una chica esbelta, con una mirada penetrante y un cuerpo voluminoso para su evidente malhumor y sonrisa fingida constante, mirándola bien eh pensado que esta muy buena, pues no es tan mayor como para ser mi madre pero no tan menor para mi, pero entonces ignoro ese pensamiento, ya que es la que se ocupa de mi.
Me mira como siempre, vacía y llena de misterios que ni quisiera preguntarle. Ella me ha "cuidado" por estos últimos años en los que mi papá pasa ausente por su trabajo en el manicomio del pueblo y mi madre ha estado en un tipo de coma desde que mi hermano murio, me levanto sutilmente, mientras siento su mirada posada encima de mi, como un búho, me volteo y con molestia le digo - Brisa, concéntrate en tu trabajo y no en mi-, me mira de arriba a abajo, hasta llega a causarme un poco de pena, pues estoy solo con una pantaloneta, hasta llego a pensar que me acosa, pero nunca lo creería de ella, sonríe tiernamente y se voltea para sacar una carne de res de la nevera. Así que sigo mi camino por las escalas hacia el segundo piso.
En el momento en que iba a llegar a mi cuarto, sorprendentemente mi abuela me llama desde su cuarto,-¡Bastian!-, algo asombroso pues casi nunca esta despierta y cuando lo está, se va de la casa a pasarla con sus viejas amigas, en reuniones que solo indican su pronta muerte, y triste vida, pues ya existieron lo suficiente para todos y para ellas mismas, contando historias de sus años de plenitud y momentos de gloria. Me acerco a la puerta, y desde allí le digo con un tono dulce -Abuela ¿pasa algo?- ella levanta la mirada, estaba con sus manos dentro de una vieja caja de madera, saco la mano y encima de la cama pone un muñeco peludo, un pequeño zorro de peluche que me había dado mi papá hace años, me sonrió y me dijo -¿Te acuerdas de esto?- asentí mirando feo ese tal zorro tan antiguo, pues me trae recuerdos felices, momentos que no volverán nunca, ella me miro un buen rato y me hizo señas de que me sentara en su enorme y suave cama.
Sonreí y sentándome al lado de ella toque su canoso y delgado pelo, guarde el zorro en mi bolsillo, entonces simplemente me susurró como si de un gran secreto se tratase -Te contaré la historia de este Pueblo-, miro la puerta lentamente y me dijo -ciérrala-, asentí y cerrando la puerta de forma brusca me sente un poco lejos de ella y espere que empezara.
Me miro como con temor y solo empezó sin más -Contada por los mas ancianos del pueblo, esta historia cuenta como nuestro viejo pueblo se creo y renovó, Es escuchada por todos- Sonrío- y creída por pocos... Hace mucho tiempo cuando apenas habían dos o tres casas construidas en todo el condado empezaron a ocurrir raros sucesos, la gente desaparecía sin dejar rastro, la noches eran un infierno con gritos provenientes del manicomio local, el cual había sido construido antes del pueblo pues este en sus inicios fue un manicomio simplemente alejado de la ciudad para evitar el contacto social de sus habitantes, se dice que este pueblo fue creado solo para ocultar la existencia de este viejo lugar, el temor se olía por las calles apenas pavimentadas, y las pocas familias trataban de alejarse de aquí. Se dice que los intentos de irse de este pueblo eran nulas, ya que resultaban con accidentes trágicos y sucesos que nadie explicaría, de allí viene nuestra típica frase "del pueblo eres, para el pueblo serás"-, completamente no creía nada de lo que decía, pero al ver esa emoción con la que lo contaba me hacía un poco feliz verla cerca de mi y hablándome, así que solo puse atención.
Continuo -Nadie se explicaba el por qué de los sucesos, se murmuraba que la gente trataba de escapar del manicomio sin resultado y la que lograba escapar simplemente desaparecía antes de unos gritos en el bosque, y un aire con olor a muerto que invadía el lugar, a pesar de estos sucesos el pueblo siguió creciendo considerablemente , ya para cuando hubo un buen lugar para vivir el gobierno asigno el primer alcalde por voto de las personas del lugar, el nombre del primer alcalde fue DGion Lacazette, se dice que era hijo de una habitante del manicomio, la cual dio a luz a este niño allí adentro y fue criado por una familia adinerada en el pueblo, los Lacazette, este hombre dio su amor al pueblo en los años que tuvo el mandato, amplió el territorio, mejoró las viviendas, y claramente reconstruyó el manicomio de una manera notable.... Creo que por su padre-.
Mi abuela paro solo para acomodar su cabeza pues ya estaba algo cansada, y la noche ya se asomaba por las lejanas montañas que se veían en su enorme ventana con dos pequeños cactus afiladamente perfectos, después me miro fijamente y con un tono de seriedad prosiguió diciendo - existe un día que todos los que conocemos esta historia en el pueblo queremos olvidar y del cual no se habla, este día es el 2 de mayo del 95, DGion convocó a todos los representantes sociales, directivas del manicomio para lo que él llamó "El discurso sanador". Se posicionó frente a todo el pueblo luego de una gran comida que se había hecho con la gente rica del pueblo, en la cual se dice que habían traído perturbados del manicomio como amuletos, pues nadie sabía por qué estaban allí, amarrados a las barras que sostenían el escenario, con unas bolsas en las cabezas, con unos rostros dibujadas en ellas para que no se notaran sus caras, contando también con camisas de fuerza, eran cinco perturbados los que habían en el lugar ese día, con su voz ronca se echo la bendición sonriendo exageradamente y con la mirada en el cielo naranja que surgía por el atardecer-.
Mi abuela tratando de imitar un poco a su personaje ficticio, agroso la voz y dijo -todos estos señores- y acercó a los dueños y elites del manicomio,- han hecho posible todo lo que ven hoy, un pueblo próspero y feliz- Mi abuela paro tragando saliva y dijo, cómo si hubiera estado allí, -todos nos miramos, pues DGion no se expresaba de esa forma, algo pasaba, pero entonces el alcalde continuo agregando -Ha llegado el momento de felicitarlo por sus actos- en eso unos cuantos hombres se pararon de sus asientos y desamarraron al los perturbados, El alcalde continuo -La salvación costará la vida de algunos pero valdrá la pena-, nos miró con orgullo y grito -!todo sea por Strada!- y todos como costumbre lo seguimos gritando remitidos y confundidos ¡Todo sea por el pueblo!, los hombres jefes del manicomio asombrados dieron un paso atrás y los guarda espaldas del Alcalde los detuvieron, subieron los locos al escenario amarrados y con sus bolsas con las caras demoníacas dibujadas en ellas, el alcalde abrió sus manos como si quisiera recibir algo, todo quedo en silencio y las miradas apuntaban solo a el alcalde, este cerro sus ojos y se arrodillo bruscamente regocijándose, de su boca empezaron a salir palabras desconocidas para todos, se decía que era latín, de sus ojos empezo brotar sangre tan roja como el atardecer de aquel día, los perturbados arrodillados al rededor de él, empezaron a gritar de dolor, se revoloteaban en su angustia, el cuerpo del alcalde quedo paralizado por unos segundos abrio sus párpados dejándonos ver que sus ojos no estaban en sus cuencas, abrió la boca ante el asombro común como si quisiera gritar muy fuerte, siguió abriéndola, hasta que sus labios empezaron a romperse como si de tela se tratase, la rotura rompió sus pómulos acercándose a sus orejas y rebanando su cara a la mitad, los perturbados se pararon, con una fuerza inhumana, se deshicieron de sus camisas de fuerza y de sus bolsas, mientras los jefes del manicomio trataron de escapar, pero ya era demasiado tarde, el alcalde había mandado a matarlos con sus guardaespaldas y estos habían prendido fuego sus trajes bien planchados, simplemente ardían en un fuego amarillo como el intenso oro. Ya la gente corría hacia sus casas, los perturbados empezaron a perseguir a las personas a las que ellos describían como impuras, y luego de arremeter contra varios habitantes, dejándolos destripados a mitad de el parque central, de las calles y de las mangas, y simplemente se perdieron en el bosque-. Paro, mirándome fijamente con sus ojos diminutos y de color miel muy clara.
Mi corazón latía muy rápido, de verdad creía esta historia o solo me había llegado a tocar, mi abuela sonrió tiernamente, y al verme con cara de asombro dijo, -son solo mitos de viejos, tranquilo Bastian-.
Le toque la cabeza de una manera amigable y le di un beso en su cachete arrugado, se acostó sin decir una palabra más, la cobije, apague la luz, y cerré su puerta, -Descansa abuela-, en ese justo momento recibí una llamada de Dilan, le contesté mientras caminaba hacia mi cuarto.
Al pasar por el gran pasillo, la puerta de la enorme habitación de Brisa estaba entre abierta, -Ey!-, Dilan me responde - ¿Si pudiste hablar con ella?- me quede en silencio pues me quede mirando a través de el pequeño espacio que hacia la puerta, viendo cómo Brisa se estaba cambiando su ropa de trabajo para ponerse su pijama, sacaba su camisa negra por su enorme cabellera rojo cobre, que le llegaba hasta la cintura, con su cuerpo robusto pero bien delineado, se quitó la camisa dejando observar el gran busto que ocultaba, su mirada oscura y su cuerpo perfecto, volteo sus ojos oscuros hacia mi.
Con voz baja y el celular muy cerca dije -Dilan, ya te llamo-.
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Las Puertas Al Infierno
HorrorEn un extraño y alejado pueblo la historia ha dejado una cicatriz en el lugar y los habitantes, los cuales han callado u olvidado tratando de cubrir la marca causada por El manicomio y el primer alcalde, pero esta herida no ha cicatrizado, y hay mas...