Capitulo 5, El deseo

310 21 0
                                    

Le tape la boca pues sabía que con el empujón haría algún sonido, me miro con sus enormes ojos penetrantes muy de cerca, con una mano giro la manigueta de la puerta y la abrió, me tomó de la toalla y rápidamente me halo haciéndome entrar a su habitación, cerrando la puerta de golpe.

-¿Vas a echar todo a perder?-, le dije burlonamente, con mi mano en su boca se empezó a agachar mientras me miraba fijamente a los ojos, pude notar una pequeña sonrisa, quite la mano y dijo -Es un buen momento para echar todo a perder-, respondió ya agachada, miro mi toalla queriendo saber qué escondía atrás de ella, se quitó la camisa y el bra, dejando ver sus enormes pechos que se dejaron caer un poco, se nubló mi mente solo con tenerla de esa manera tan cerca, con mis dedos en su mentón le levanté la cabeza, me miro sonriendo, puse el celular sobre su cajón y saqué un maní de la bolsa, el último maní, tire la bolsa a un lado, me miro extrañada, acerqué el maní a su boca y se lo restregué por los labios, vi cómo los pedazos de sal del maní, quedaban en sus labios, mientras ella lo saboreaba con los ojos cerrados, me arañó las rodillas mientras se mordía los labios, lambió el maní, y le metí los dedos a su boca, los chupaba como si fuera un bombón, le saque los dedos y con su propia saliva se los unte en los pechos, mientras me comía el maní. Cómo pidiéndome permiso me dijo -Quiero que me la des-, mirándome a los ojos, sonreí, me quito la toalla y lo chupó como si fuera la última vez que me viera, lo hacía mirándome fijamente a los ojos y llena de saliva.

Después de un rato agachada, se paró, y me dijo -¿Quieres darme?-, yo aún no tenía control de mi cuerpo, la volteé contra la pared, y le monté un pie en él nochero alzando su falda, dejando al aire su redondo culo, volteo la cabeza y me miro de reojo pidiéndome que lo hiciera ya, y escuché la puerta, mi mamá dijo desde afuera -Brisa, necesito que bajes a lavar el baño-, se me hizo un nudo en la garganta, ella me miro sobresaltada y respondió casi ahogada, -Ya voy Señora Marilyn-, mi mamá se quedó parada al frente, se veía la sombra de sus pies debajo de la puerta, Brisa se vistió mientras me miraba, creo que la enfurecía haber quedado empezada, me hice atras de la puerta y Brisa salió con su cara sudada y roja, bajando las escaleras juntos a mi madre mientras yo me escondía, desnudo.

Tome la toalla del piso y pase a mi habitación sin que nadie me viera salir de allí, encontré a Gisell ya despierta, esperándome, me miro y sonrió tiernamente, creo que no soportaba la idea de haber acabado de hacer eso y llegar a besarla, le di un pequeño beso en la frente, aún no éramos novios pero estábamos llegando a algo, aunque aún no lo hablábamos, por eso se me hacía raro. Ya eran casi las dos, mi papá llegaría en cualquier momento, mientras ella miraba su celular le dije -Ve a bañarte, para ir a comer algo-, se levanto emocionada, y cómo si viviera acá, agarro la toalla del estante, -Ya vengo-, dijo con su voz aguda mientras salía hacia el baño.

Prendí el celular y tenía un mensaje de Dilan que decía -¿Ya hiciste el trabajo de Química?-, no había hecho nada, literalmente lo había olvidado, -No, ahora lo hago-, y otro de Tyron, mi padre, -Hijo tuve unos inconvenientes, no voy a poder llegar hoy-, no era muy común que pasara esto, pero ya antes había sucedido, el caso es que esta vez me daba muy mala espina, pues el mensaje había sido enviado desde anoche casi en la madrugada, entonces sabía que no vendría hoy desde ayer, y por qué no dice que no vendría mañana, no tenía sentido, me acerqué a las escalas, evitando la mirada de Brisa y le dije a mamá la cual hacía un jugo, -Papa no vendrá, tiene que resolver unos asuntos-, bajo la cabeza, se notaba que lo extrañaba, -Dile que se cuide, lo llamaré en la noche-, asentí y cuando volteé para regresar a mi habitación estaba mi abuela al frente mío, no la había sentido llegar allí.

-¿Como dormiste Bastian?- me pregunto mientras me agarraba una mano con delicadeza y sentía su arrugada y fina piel, le sonreí y tocándole los dedos le dije -Abuela, dormí bien, ¿Por que lo preguntas?-, sin contemplar mucho lo dicho respondió rápidamente -Ayer note lo asustado que estabas y además, quiero saber si hicieron el amor-, nos reímos, y le respondí -Abuela no pasó nada, enserio-, -¿Por que lo dices?-, sonreí y le dije mientras le soltaba la mano -Por las dos preguntas-.

Las Puertas Al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora