Parte sin título 6

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-Estas despedido.- Otra vez habian despedido a Ricardo de otro trabajo mal pagado

-De todos pagan una miseria, como pretende esta empresa que sus trabajadores vivan con el salario minimo.-No pudo evitar decir aquello con un ligero nudo en la garganta- El trabajo es muy pesado y ustedes no les importa, todos se mueren de hambre mientra ustedes se dan la gran vida.- Al decir eso se quedo parado con una mirada retadora.

-Cuando tu tengas tu propia empresa les pagas a tus empleados una fortuna si quieres pero mientras tanto cierra la puta boca.

-Sin nosotros no son nada. Tome su puta empresa y metasela por el culo.

Él no se podía ir así, antes de salir para siempre de la empresa, dejo una oleada de trabajadores molestos y con ganas de matar al patrón, tuvo suerte pues tiempo después llegó la policía tratado de calmar a todos los trabajadores inconformes.

Al llegar a casa, se tiro a la cama fastidiado, se aflojo un poco la corbata gris mientras miraba al techo. Ahora que va a hacer, no va a poder pagar lo del burdel, se quedaran sin dinero y en la calle con el monton de gardenias sin hogar. 

Llegó Ana sigilosamente y lo dio un beso en la mejilla, eso hizo que Ricardo diera un pequeño brinco.

-¿Como te fue?.- La voz tierna era jodidamente adorable

-Me corrieron del trabajo.-Cuando emitió aquel mensaje no hizo ningún gesto, pero aun así parecía satisfecho

-No me interesa saber porque, lo que necesito saber es que vamos a hacer, no todos los días abrimos el jardín... ¿que haremos?  

-Que mas se va hacer; vivir de ellas.

-Pero... tenemos que justificar que alguien trabaja

-¿Y esto no es un trabajo?

-Si.

Se acostó a lado de él y lo abrazo con ternura, esa sensación de tocar un pedazo de algodón en agua era hermoso, pues sentía su piel suave y con olor a miel, a pesar de que era una proxeneta olía bastante bien, regularmente desprenden olor a sexo, alcohol y a cigarro. Ella hacia la diferencia.

No pudo evitar abrazarla y decirle que la amaba, eso le dio alas a la inocente proxeneta. Sus labios parecían un par de imanes, sus respiraciones eran la canción de la lujuria propia, sus manos eran traviesas pues pasaban por el cuerpo de los dos hasta que se entrelazaron. El beso fue tierno con sabor a avena, unos labios ásperos con unos labios de mango es y siempre será la perfecta combinación.

Describir lo que hicieron esta demás, pero lo único que se puede decir es que fue una de las mejores experiencias de toda la vida.

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⏰ Last updated: Sep 08, 2017 ⏰

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La mujer perfecta.Where stories live. Discover now