-¿Un que?
-No es un que, hyung.- Sonríe divertido Taehyung al ver el rostro confundido de su novio, acariciándole los negros cabellos recostados en sus piernas.- Es una exposición de flores y limpieza espiritual.
-Suena a satanismo.
El rubio ríe ante su respuesta, sintiendo el pequeño hormigueo en sus muslos, restándole importancia, pues no quiere que Yoongi se levante de aquella posición. Ambos se miran, transmitiéndose cariño. Taehyung había decidido cerrar ese día la florería, queriendo dedicarle aquellas horas al pelinegro, en un lugar donde sabia que ambos se divertirían.
-No lo se pequeño.-Cierra sus ojos sintiéndose adormilado por las caricias del menor.-¿No crees que mejor deberíamos quedarnos aquí?
-Es un buen lugar hyung. Le va a gustar.
Yoongi sonríe, aceptando la propuesta con un suspiro agotado y levantándose del regazo del rubio, lo toma de las manos para ayudarle a levantar.
-Entonces, ¿necesito llevar repelente para mosquitos?
El menor vuelve a reír, negando y conduciendo a su novio dentro de su casa.-¿Y a que hora es?
Taehyung mira el reloj de la sala.- En una hora, ¿por qué?
-¡¿Una hora?! ¡Taehyung!.- El mencionado suelta una sonora carcajada. Su plan para llevar al pelinegro había funcionado. Risueño, observa como el mayor refunfuña y sale de la casa no sin antes depositarle un beso en la frente. Sabe que irá a su casa por un cambio de ropa, y le hace feliz que haga todo eso por el.
Se quita el pantalón de chándal, quedando en bóxer junto a una camisa holgada azul pastel. Lleva entre sus brazos la prenda, caminando al dormitorio y descansar un momento. Los recuerdos de cada momento que ha tenido con Yoongi y invaden y sus mejillas se tornan rojizas, saltando en su lugar apenas toca la puerta de su habitación. Toma la pequeña maleta de su cama y la acomoda en el suelo, acostándose en aquel suave manto y se acurruca, sintiendo la emoción a flote.
Sus acanelados pies se muestran desnudos, con una ligera capa de vellos delgados y finos, siendo casi invisibles. La camisa apenas cubre su blanco bóxer y, sus rebeldes cabellos caen en su frente, acariciando aquellas pequeñas perforaciones en sus oídos. Por un momento, el sueño le invade, pero escuchar el sonido del timbre debajo lo despierta, poniéndose rápido un jean negro junto a sus tenis, sin dejar que aquella bella sonrisa se desvanezca de su rostro. Toma la mochila, checando que nada falte y seguro de aquello, sale de su habitación trotando, cerrando tras de si la puerta de su casa y bajando las escaleras, teniendo el aroma bajo sus fosas.
Abre la puerta principal, viendo aquellos hermosos ojos oscuros y siente como las manos del contrario toman su maleta, viéndolo divertido con un toque de reproche. Yoongi lleva ambas maletas a un auto gris, el cual acapara toda la atención del rubio.
-Hyung, nunca me dijo que tenia auto.- Camina, rodeándolo y acercándose a la parte donde Yoongi lo espera.
-Nunca lo uso, prefiero caminar.- Abre la puerta del copiloto, dejando que Taehyung entre. El menor sonrojado, se acomoda, sintiendo como el pelinegro se agacha, poniendo el cinturón de seguridad. El aroma de la colonia le llega, sintiéndose repentinamente nervioso, sonriéndole cuando se aleja para cerrar la puerta y acomodarse a su lado.
-Bueno, ¿A dónde pequeño?
-Burkhansan.
Yoongi suspira. El camino puede ser algo tedioso y largo. En el transcurso de este, el silencio es el único presente. Pero no el incomodo, no. Es aquel silencio por el cual te duermes. Cómodo y cálido, refrescante y bello, como una margarita.
El mayor, concentrado en el camino, siente a su lado como el pequeño se acomoda, suspirando entre sueños con las mejillas rojas, y aquellas hermosas pestañas decorando junto a los tiernos lunares en su rostro. Por un momento, baja la velocidad, importándole poco los conductores molestos detrás de el, y en poco tiempo, observa el semblante tranquilo y hermoso de Taehyung, recorriendo y creando una pintura en su mente de la obra de arte frente a el.
Taehyung abre los ojos, somnoliento, cuando el auto se queda estático. Al ver el paisaje frente a el, la alegría se dispersa y sale del móvil para apoyarse en un árbol y tomar la cámara de su bolso, capturando cada parte del lugar. El menor había ido si, pero de pequeño. Recordó los recorridos con su familia, y no evita sentir aquella nostalgia al ver el pequeño árbol que planto hace años junto a su madre.
La mano del pelinegro en su hombro lo regresa de sus pensamientos y sonríe, tomándole la mano, caminando hasta aquel punto de encuentro donde se suponía se harían las actividades.
Después de algunos minutos, el lugar aparece en su campo de visión. Pocas personas estaban ahí, de pie, platicando y tomando alguna bebida caliente. El encargado saluda a ambos, llevándolos a una hoja donde anotar su nombre para empezar las actividades.
Yoongi arruga la nariz cuando su pequeño se adentra a una conversación con el encargado, pero después sonríe, sintiendo la tímida mirada del rubio posarse en el y presentarlo ante el hombre alto.
-Bienvenido, señor Min. Espero que nuestras actividades no lo coman vivo.
Y sin mas, el hombre se va, dejando a un divertido Taehyung y uno desconcertado Yoongi.
El silbato suena, llamando la atención de todos.
-Hoy tenemos nuevos acompañantes, así que por favor, sean respetuosos.-Dicta una mujer de cabellera corta, sonriendo ante los treinta presentes.- Las actividades de hoy, van a ser por grupos de cinco para hacerlo menos corto. El tiempo esta en contra nuestro, así para que regresen a sus hogares temprano.
La mujer explica cada actividad, y junta los grupos, sonriente. El tiempo pasa volando, y la primera actividad comienza, tensando al pelinegro.
-¡Vamos hyung!¡Si podemos!.- Y la alegría de Taehyung le hacen tener el valor para acabar cada actividad, de manera inconsciente, impresionando a varios.
Taehyung mira cada esfuerzo del mayor, sonriendo con las mejillas levemente sonrojadas. Es la primera vez que su mayor hace uso de sus fuerzas, corriendo, cargando, en incluso mentalmente, para no dejarlo en ridículo. Y se siente afortunado, porque sabe que, con nadie, el pelinegro haría tales cosas.
La noche llega, dejando a todos exhaustos. Yoongi se tira en el suelo, sintiendo las pequeñas piedras en su espalda, pero el cansancio es tal que no le importa. Su mirada recorre la pequeña carpa, buscando al rubio, y al no encontrarlo, se levanta pesadamente, buscándolo y adentrándose a la flora con la luz de su celular guiándolo. Cerca de un árbol, Taehyung se encuentra de pie, observando la luna. En silencio, se acomoda a su lado, a pesar de que sus piernas hormiguean.
-Gracias por todo su esfuerzo este día, hyung.-Dice sin despegar los ojos del cielo estrellado.-No pensé que de verdad haría tanto esfuerzo.
Yoongi se queda en silencio, analizando el perfil un poco mas alto que el, sintiendo el latir de su corazón. Toma el rostro del pequeño, acariciando la punta de su nariz con la ajena y junta sus labios, creando un beso tan tierno b el que alguien ha dado jamás.
En esos instantes, es cuando ambos se sienten bendecidos por el silencio y la discreción que la luna mantiene, sonriendo ante la bella imagen en frente suyo.La flor de loto es la pureza espiritual. Creo que va a ser uno de los pocos capítulos largos que hare. Hay un mensaje subliminal en el capitulo, del cual se tratara el próximo fic. Burkhansan es un parque nacional de gran extensión con una hermosa vista y rodeada de naturaleza con distintos tipos de recorridos y actividades. Mi computador se daño e hice esto por el celular asi que me disculpo por las repeticiones y faltas ortograficas y lo de siempre,¡Gracias por todo su apoyo y eso! ¿Es muy temprano para tener diabetes? ¿No? Bueno, ¡Bai!

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Amor De Rosas [YT]
Fanfiction"Tu sonrisa es una flor llena de vida, y es lo que me enamoro de ti, Taehyung." »Actualizaciones sin fecha fija. »Taegi/YoonTae. »Historia original. •No acepto copias o adaptaciones de ningún tipo. 16082017 ©