《021》

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DÍA 9:

Aún siendo casi las dos de la madrugada, Hye no podía pegar los párpados. Jeon estaba divirtiéndose con alguna de las enfermeras que visitaba con frecuencia su habitación. Ella ya tenía en mente que las pocas prendas que posaba la mujer iban a llegar a más lejos con el chico.

— Maldita perra— Tapaba lo más profundo sus oídos con la almohada de algodón. Los gemidos y golpeteos que salían de la pared de junto se hacía más ruidosos a cada paso— Para eso existen moteles, ¿No?— Sus piernas se movieron en un movimiento algo inusual, sacando a volar algunas de las sabanas gruesas lejos de su cuerpo— Si no se callan ellos, yo les cerraré el puto hocico.

Con pocas fuerzas dentro de ella, con un suero inyectado en su ante brazo y en pijama de internado, se paró y enderezó su espalda, haciéndola tronar.

— Aquí vamos— Cuidadosa, salía con tranquilidad del cuarto tamaño pitufo (muy pequeño, pues.)

Insultos tras insultos salían de la puerta frente a ella.

¿Tan duro le da?.
Demonios, me está pegando su vulgaridad.

Tocó.

— ¿Es alguien?— Con jadeos constantes, preguntó una voz masculina.

— ¿Qu-Quién es?— La enfermera calló a Jeon con un simple "Shh".

— Emm..— Pesaba en alguna excusa rápida. Buscó con la mirada en su alrededor alguna alma pero estaba más vacío que su fiesta de 13 años— Necesito unas nuevas sabanas— Sus cuerdas bocales sacaron una voz chillona.

— ¿Ha-Habitación?.

— 021..?— Sus ojos se apretaron entre si, esperando acertar mínimo en eso.

— Okay, en un moment-to vo-

— Lo quiero ahora.. y-ya.

— En un momen-

— ¡Que ya!— Golpeó la puerta con un puño en mano— Tengo aquí a su jefe y puedo decir mis quejas acerca del ruido seguido que proviene de aquí.

Sigue así, ¡sigue así! - Pensaba ella misma.

— ¡Perdón!— Unos escandalosos quejidos de parte de el, le hicieron sentir mejor— Ya voy..— Abrió la puerta. Salió con unos cuantos botones desprendidos de su uniforme, pero eso no quitó su vista insegura de la chica nada parecida a la de la habitación mencionada— Oye.. ¿Tú no eres la d-

Con una mano desocupada, tomó del hombro a la mujer y la sacó del alcance de la puerta.

— ¡¿Para la otra no podrías ser más callada?!— Gritando en susurros, Hye se adentró en el interior de la habitación, visualizando a Kook abrochándose los pantalones y con una camisa algo sudorosa— Con que aprovechando a la mujeres casadas por aquí, ¿Eh?.

La mirada de el no estaba en ningún estado, todo radiaba seriedad.

— ¿Qué te importa con quien me acueste?— Terminó de abrochar su cinturón y siguió el camino con su camisa— Tú no estás en estados de hacerlo, así que busco divertirme por otros rumbos— Ella se sintió rara.

Su cuerpo se puso vivo, haciendo que por si solo se acercara al muchacho y ayudarlo a poner en su lugar algunos botones.

El se llevó una oleada de calor sobre sus mejillas, ¿Desde cuando era así?.

— ¿Y a ti que te pasa?— Preguntó sin quitar la vista de las pequeñas manos de ella.

— No lo sé..— Seguida en lo suyo— N-No lo sé, Jungkook. Me pongo rara al escuchar o al enterarme que estás con otra persona. Tengo que ir urgentemente con un especialista y ver si no me di un grande golpe cuando caí al piso en tu casa.

Respiraba profundo.

— Estoy segura que eso me afectó más— Su cuello se siento tranquilo al sentir el contacto de la mano contraria sobre el— M-Me vuelvo loca..— Se mantenía cabizbaja— Me pongo como si fuera otra al sentir eso hacía ti, no soy yo y menos lo seré al saber que llegaré a sentir algo por ti.

El sentía lo mismo al ver como ella se la pasaba bien con otro chicos que no eran el. Captaba por tramos la situación, admitiendo que la chica es linda y compatible con el, pero recordaba en la realidad que ambos vivían.

— No me mires así, ¿De acuerdo?— Sus ojos de ver manos a ver esos otros pares de un color que lo volvían loco en poco tiempo, se hizo eterno.

Cuando terminó su tarea de abrochar y dejar en total y perfecto estado de cubierto su pecho, tomó la barbilla de la chica, acerco sus respiraciones y chocaron entre chispas sus labios con necesidad de los del otro, haciendo esos pocos segundos se volvieran eternos para ambos.

Ella mantenía su mente en blanco pero el pensaba en la posibilidad de volver ese sueño realidad, de formar una familia con alguien.

Sus labios se despegaron, dejando un pequeño hilo de saliva salir de ellos.

— Yo soy quien pone las órdenes aquí— La envolvió entre sus brazos.

《BLACK ROSE》《JUNGKOOK》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora