Despierto. Al igual que todos los días, confuso, por los recientes sueños, los cuales se escapan de mi mente poco a poco como las hojas que caen de un árbol de hoja caduca, hasta que no queda ni rastro de ellos en mi mente. La cama es como una piedra, como siempre con el maldito dolor de espalda. Mi padre y mi madre gritandose aumentan mi dolor de cabeza pero a la me despiertan de mi mundo.
-¡Komorebi! ¿Por qué tardas tanto? Vas a llegar tarde otra vez.
Otra vez. Otra vez como la vez pasada y todas las demás. Desayuno lo mismo de todos los días. Un simple tazón de los cereales más baratos del supermercado con leche caducada. "Bueno, mejor esto que nada" pienso cada día que desayuno.
Salgo de casa, deseando terminar el día que empecé y terminar el siguiente y todos los que me me quedan.
De camino al instituto pensando, como siempre, en lo que debo hacer y entregar hoy, aunque no hay mucha variedad de temas ya que voy al peor instituto de toda la ciudad, donde está la peor gente y el peor pagado, por lo que los profesores tampoco se preocupan mucho sobre notros. Lo que se pueden permitir mis padres.Al llegar veo a todos los adolescentes con sus amigos de siempre en el mismo sitio de todos los días, hablando sobre no sé qué.
Veo mi aula, 101, segundo de bachillerato, dicen que es un curso horrible pero yo no lo llevo nada mal, tendré que disfrutarlo ya que no voy a poder estudiar en una universidad.Termino la mañana y me voy a casa. Como. Lavo los platos. Limpio la cocina y me tiro a la cama, a no hacer nada, ¿qué puedo hacer? Tampoco tengo amigos, no puedo hacer muchas cosas, me limito a pensar y pensar, de fondo mis padres discutiendo, como todos los días, de las mismas cosas.
Este soy yo, Hayashi Komorebi, tengo 17 años, cansado de vivir y sin amigos, a la gente le suelen gustar mis ojos, son de un color miel y dicen que pegan mucho con mi pelo negro, y no, no soy japonés aunque vivo en Japón. Nací en la India según mis padres adoptivos aunque no parezco indio. Dicen que aparecí un día en la puerta de mi casa, sin ningún motivo, con una nota que ponía: Ámalo. Por lo tanto no saben de donde procedo exactamente.
Fue difícil para mis padres aceptarme al estar amenazados por una mafia a la que le debía dinero y aunque ya se lo pagaron, aún siguen persiguiendoles y entrando a casa cuando les place. Por lo menos esas acciones me sacan de mi monotonía, no sé si me gusta que entren en mi casa por que sí, pero todo tiene su lado bueno ¿no? O eso dicen.
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Komorebi
Fantasy"Los rayos de sol que se filtran a través de las hojas de los árboles". Komorebi es un chico adoptado por una familia pobre en Japón, amenazada y controlada por una mafia poderosa. Esta será su historia, su mundo empieza al conocer a su futura mejor...