The Wizard's Heart «JohnMark»

9. Chocolate

—Entonces ¿un dementor?
—Ajá
—¿Y cómo lograste vencerlo?
—Con un patronus—. Johnny se encogió de hombros restando importancia.
—Oh John Seo, el príncipe encantador de Mark Lee—. La mirada (o intento de) de pocos amigos que John le ofreció a Steph no era para nada amenazante, al contrario un amago de sonrisa se podía observar en sus labios.
—además no lo vencí, sólo lo alejé. Y lo hubiera hecho por cualquier persona, estaba a punto de besarlo.
Stephen levantó la ceja con curiosidad—. ¿Besarlo? ¿Entonces en realidad descargaste tu furia contra el pobre dementor para que no besara a tu damisela en peligro?
—No seas idiota Steph.
—Lo que quiere decir Johnny —. Intervino Jeff, sonriendo burlonamente—. Es que no descargó su furia porque lo que necesita para invocar un Patronus es un pensamiento feliz ¿Verdad?

La boca de Stephen tenía la forma de una O perfecta.

—¿Y cuál fue tu pensamiento feliz? Si se puede saber—. Continuó Jeff, secundado por Steph quién asentía frenéticamente con la cabeza.
—¿Yo, volando con mi escoba?
—¿Por qué estás dudando?
La cara de Johnny se encontraba roja, como un tomate.
—Déjame adivinar ¿Tiene que ver con alguien cuyo nombre empieza con M?
—¿No? ¡NO! Absolutamente no Stephen Wu.

—¡Podrían callarse! Por las barbas de Merlín, están en la sala de espera de la enfermería.
—Lo sentimos—. Los 3 adolescentes miraron apenados al suelo mientras la enfermera los regañaba.
—¿Son los amigos de Lee?
Stephen discretamente le dio un codazo en las costillas para hacerlo reaccionar.
—¿Eh? Si, ¿está bien?
—Perfectamente, fue usted muy valiente señor Seo.
Las mejillas de John se colorearon de un suave color rosa mientras intentaba no sonreír, un paso en falso y sería la burla de sus amigos por lo que le quedaba del año, de estancia en Ilvermorny, que va, en lo que le quedaba de vida.
—Tome, usted también lo necesita—. La enfermera le dio una barra bastante grande de chocolate y se alejó, no sin antes advertirles con la mirada, que no volvieran a hacer semejante ruido en una sala de espera.

El chocolate no ayudó en absoluto a calmar sus nervios, ver a Mark sonriéndole desde la camilla si.

🌙

No crean que me he olvidado de ustedes y de esta hermosa historia, hoy pasé algunas horas atrapada en un juzgado y esto salió (si alguna vez se divorcian, por favor no involucren a sus hijos, es horrible).