8. Dementor

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Naturalmente Mark no sabe que rayos es un dementor cuando de la nada el cielo de primavera comienza a nublarse, siente una presión en el pecho y lo único que puede recordar es el día en que intentaba aprender a andar en bicicleta y David le dijo que era un bueno para nada, haciendo que perdiera el equilibrio y posteriormente cayera y quedara con las rodillas raspadas. Tiene ganas de llorar y no sabe por que. Ya es un niño grande, tiene 12 años ya, no debe llorar por cualquier cosa. No comprende por qué no puede evitar que sigan saliendo.

Es sábado y el castillo está medio vacío, únicamente están los alumnos pequeños que al sentir esa sensación de frío repentino han ido a refugiarse a sus salas comunes, hay pocos alumnos mayores, los amargados que no van a Salem y la gran mayoría de quinto que se dedican a estudiar para los exámenes. Y Johnny, que forma parte de ambos conjuntos.

Mark como se le ha hecho costumbre, está sentado bajo la estatua de James -la de Isolt es el lugar especial de Johnny y no se atreve a sentarse ahí aunque él no esté- y un poco de lluvia primaveral no lo asusta, pero cuando ve que todos comienzan a correr hacia el interior del castillo empieza a sospechar que lo que pasa no es algo normal, sin embargo no se mueve y la sensación de tristeza no se va ¿Por qué de repente empieza a recordar todas las desgracias de su corta vida?

Cada vez hace más frío y sus piernas no responden a su instinto que le dice que corra lejos o que grite para pedir ayuda, se queda estático, con lágrimas en los ojos porque únicamente puede enfocarse en lo malo, la esperanza y ganas de vivir se van.

Puede ver la cara de asco que puso Johnny la primera vez que se vieron, y cuando le dijo que no lo llevaría a Salem, incluso vuelve a sentir la decepción que había experimentado en esos momentos. Recuerda el día en el que se empeñó a seguir practicando con una vieja escoba incluso cuando Johnny le dijo que era peligroso volar con el clima que había ese día. Había estado a punto de caer de más de 100 metros de altura, pero Johnny logró salvarlo lesionándose el hombro en el proceso, no pudo jugar la final de quidditch contra Thunderbird y perdieron la copa. Johnny jamás se lo reprochó pero sabía que aunque no se lo dijera lo hacía, él y todo Wampus, incluso compañeros de su curso lo intimidaron por eso hasta que el año acabó. Fue el tonto Pukwudgie que lesionó al mejor jugador de Wampus, y Johnny no hizo nada por defenderlo, no es que tuviera que hacerlo pero le hubiera gustado que lo hiciera, en cambio sólo encogió los hombros cuando le comentó lo que le pasaba.

Todo a su alrededor se oscurece, el jardín desapareció y el agujero en su pecho se hace cada vez más y más grande y luego todo se vuelve negro.

Sólo una vez había experimentado esa sensación de vacío cuando su padre lo llevó a Groenlandia, era pequeño pero no tanto y puede recordar perfectamente cada detalle.

Obviamente el tonto de Mark le preocupa cuando ve una turba de alumnos de primero entrar corriendo por la puerta principal pero no lo ve a él. A los demás su instinto les dijo que corrieran ¿Y Mark? ¿Ser sangre sucia es sinónimo de cero sentido común?

Sale disparado a la puerta principal y lo ve desmayado con una de esas criaturas pegada a su cara. ¡Suficiente!
¿Por qué ningún maestro inútil está ayudándolo?
¿Cuál es el hechizo para deshacerse de esos monstruos?
Recordando las palabras de su padre, invoca el primer pensamiento feliz que cruza por su mente:

La sonrisa de Mark, cuando le enseñó a volar.

Cuando las vacaciones de invierno del año anterior terminaron y se encontraron de nuevo luego de pasar las fiestas con sus respectivas familias. El primer fin de semana en el que tuvieron oportunidad Mark le rogó que le enseñara a montar la escoba. Naturalmente se negó las primeras veces, hasta que después de dos horas de ruegos cedió. Bajaron al campo y tomaron una escoba de las que ocupa Amber para las prácticas, porque Mark no había traído la nueva con él. A pesar de que las clases de vuelo comenzaban en primavera para los de primero, el pequeño estaba impaciente por aprender.

En realidad como el maldito niño prodigio que es, enseñarle no fue la gran cosa. A pesar de que terminó con un hombro inservible por unas semanas (lo que no fue tan malo porque necesitaba una excusa para alejarse de Wendy y sus juegos sucios, no poder evidenciarla con el capitán lo ponía de malas y lo frustraba) al tratar de salvarle la vida en una tarde particularmente tormentosa, lo cual fue una buena experiencia porque desde ahí Mark fue más cuidadoso. Y entonces cuando subió más de 300m en el aire y lo vio sonreír, su corazón se sintió cálido. Por primera vez había cumplido exitosamente su labor como tutor.

¡EXPECTO PATRONUM!. Exclamó levantando su varita hacia aquel monstruo que estaba a punto de besar a Mark.
Una espesa nube blanquecina salió del extremo de la varita, sin forma pero aún así capaz de alejar al dementor, quién se fue tan rápido cómo había llegado.
¿Qué hacía un dementor ahí? ¿No tenían más de diez años exiliados en Groenlandia? Ya ni siquiera los mencionaban en sus clases de defensa contra las artes oscuras, si no hubiera sido por su padre, seguramente ni él hubiera sabido cómo actuar.

Tomó a Mark entre sus brazos llevándolo a la enfermería inconsciente.

❄❄❄

Y aquí tenemos el primer gran salto temporal, por si no se entendió esto sucede en la primavera del segundo año de Mark, o sea como unos 14 meses después del capítulo anterior. Probablemente los siguientes capítulos tengan saltos temporales igual o más largos que este 😙
Por cierto, quiero pedir una disculpa, en el capítulo anterior mencioné que Vancouver está cerca de Massachusetts, y no ;n; disculpen mis deplorables conocimientos de geografía norteamericana 💔💔😭

The Wizard's Heart «JohnMark»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora