Wife | 𝗡𝗲𝗴𝗮𝗻

8.

-Yo...- por más que quisiera las palabras no lograban salir de su boca.

-¿Y bien? Muero de curiosidad.

La castaña tragó saliva, cerró sus ojos con fuerza y se puso de pie para luego acercarse a Negan. Este la miraba intrigado mientras jugaba con Lucille ¿qué tanto era lo que quería decirle?

Isabella miró detenidamente el bate y la curiosidad despertó en ella. ¿Por qué llevaba ese nombre? ¿Por qué significa tanto para él?

-Puedo preguntar... ¿por qué Lucille?- Negan agachó la cabeza al escuchar tal pregunta, era un tema que no había tocado con nadie jamás.- Si no quieres decirme yo...

-Era mi esposa.- la castaña abrió los ojos por la sorpresa ya que creía que no le contestaria.

Eso realmente no se lo esperaba porque jamás se le pasó por la cabeza de quien era Lucille, pensó que simplemente le gustó el nombre y ya.

-Antes de que el mundo se fuera a la mierda yo tenía una esposa. Se llamaba Lucille y era tan bella como su nombre, en fin, de un momento a otro se enfermó, y cuando menos lo espere ya era una más de esas mierdas.- soltó un suspiro para luego continuar.- Lo malo es que nunca estuve a su lado, fui un hijo de perra con ella de principio a fin.

La castaña se acercó y se sentó junto a él, ambos quedaban algo apretados ya que el sofá era pequeño. Negan se acomodo un poco, por alguna razón le puso nervioso al tenerla tan cerca. No lo comprendía, jamás se sintió así cuando estaba con ella ni siquiera cuando tenían sexo. Intentó ignorar ese sentimiento nuevo y extraño para él.

Isabella no sabía como reaccionar realmente pero lo que sabía era que sería mejor no confesarse. Al escuchar como hablaba de Lucille pensó que quizá él no esté interesado en una relación. ¿En que estaba pensando?

-Yo... lo siento muchísimo.- la castaña bajo la cabeza.

-Olvidalo.- murmuró él.

Isabella sin saber que hacer, tomó la mano del moreno en forma de consuelo. Negan se sorprendió a tal gesto pero no la quitó.

-De verdad, eres mi favorita.- ella soltó una risita mientras sentía sus mejillas arder.- Y no lo digo no sólo porque me caes bien.

-Pero seguramente te gustaría que fuera otra ¿verdad?

-Oh, ¿te molesta? No te pongas celosa cariño.

-Es que ya me acostumbre a que me eligieras a mí, supongo que no lo hago tan mal.

-Creída.

-Lo aprendí del mejor.- ambos rieron, acto seguido Negan estampa sus labios contra los de la castaña. La cual no se lo espero para nada.

Ella sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo al sentir los labios del mayor pasar por su cuello. Poco a poco comenzaron a caminar torpemente hasta llegar a la habitación de la cabaña.