Valentina y Lucas tuvieron un romance en el pasado. Después de haberlo dejado, se vuelven a encontrar un año y medio después, pero uno de ellos ya tiene una nueva pareja. Puede que el amor que pudo haber entre ellos, se haya quedado atrás, o tal vez...
Lucas siempre había sido un chico bastante tranquilo, pero reconocía que en la adolescencia, quizás fue la época en la que se desmelenó y se dejó llevar por las fiestas y las chicas, aunque nunca en exceso, siempre con ese toque de precaución. Desde niño, ya era muy guapo y no tenía problemas para enamorar a las chicas. Sus ojos azules y su sensatez, eran lo que parecía conquistarlas a todas. Le decían: "Eres tan guapo... Además de todo un caballero". Él sabía que no estaba nada mal, pero creía que todas exageraban con respecto a ello. Lucas, a simple vista, era sencillo y llevaba todo con calma, pero lo que nadie sabía, era que había tenido que fingir esa actitud temple por responsabilidad hacia su hermana pequeña. Desde el primer momento en el que la vio, con sólo tres años, Lucas sintió ese afán de protección hacia ella. Intentó, a su manera, que Mía estuviera segura y que no le ocurriera nada malo. Él, era el mayor, él se veía en la obligación de ser maduro y darle buen ejemplo.
Había estudiado y luego trabajado duro para conseguir sus objetivos, pero en lo único en lo que no se esforzó lo suficiente, era en la casi relación que había empezado con Valentina.
Cuando estuvo en Estados Unidos, conoció a muchísimas mujeres bellas, elegantes y con clase, pero él prefería a aquella chica tan loca que se pintaba el pelo de rosa, le gustaba el arte y se enfadaba cuando debía hacerlo. Ahora era tarde para ellos, Valentina tenía a Marcelo y Lucas a Rebeca.
Rebeca era rubia con ojos oscuros y siempre pintados con sombras y contorneados en negro o marrón. Los labios siempre de rojo que combinaban con su estilo perfecto. Rebeca era una mujer muy bella y con decoro, totalmente distinta a Valentina, pero igual a las mujeres americanas con las que solía codearse en aquellos últimos meses.
Lucas decidió que se olvidaría de la italiana, pero la verdad es que era complicado incluso teniendo a esa belleza al otro lado de su cama.
- Lucas, amor ¿qué haces?- Preguntó Rebeca medio dormida. - Nada cariño, descansa. Quiero terminar de revisar unos documentos y ya apago la luz.
Lucas no estaba trabajando, sólo miraba fotos del pasado, fotos de las cuales tenía que deshacerse cuanto antes.
El chico ganaba suficiente dinero, y por eso, había comprado una casa con un jardín en el patio trasero. No era demasiado grande, pero tenía tres habitaciones con baño y un estudio de trabajo en la parte superior, abajo, se situaban la cocina y el salón que se separaban con una barra mostrador de color blanco que le daba un toque minimalista al lugar. Lucas había dejado el piso que había compartido con los chicos, poco después de regresar para la boda de Mía con Angelo.
En su vuelta a España, le sorprendió como había cambiado todo a su alrededor, era como si hiciera muchísimos años desde que había estado en su país, pero lo cierto es que no habían pasado ni dos.
Lucas se levantó de la cama y decidió madrugar un par de horas antes para tomarse un café e irse directo a la oficina, porque a pesar de que se había prometido no trabajar tanto, era lo único que le ayudaba a distraerse. Rebeca no se enteró cuando éste la besó en la frente para despedirse.
Tal vez, aquello estaba mal y no debería de ir, pero a la media hora de estar sentado en su despacho, se marchó directo al piso de su hermana, pero era evidente que allí no estaría, así que sabía la razón de esa inquietud por ir a aquel lugar: Valentina.
- ¡Buenos días!- El muchacho levantó una bolsa de papel con bollos y dos vasos de café. - ¿Qué haces aquí tan temprano?- Valentina se frotaba los ojos y era como si no se diera cuenta, de que era Lucas a quién tenía al otro lado de la puerta. - Fui demasiado temprano a la oficina, no había desayunado y pensé que tal vez te gustaría hacerlo conmigo.
Valentina dudó, pero rápidamente le hizo un gesto con la cabeza para que entrara.
- Vamos a mi habitación. Claudia y Uriel aún están durmiendo y si te escuchan hablar o te ven en el salón, pueden empezar a sacar conclusiones erróneas. - Como prefieras...
A Valentina no parecía afectarle la presencia de Lucas por que actuaba de una forma bastante desinteresada, con su pijama corto de "La noche estrellada" de Van Gogh, el pelo deshecho y la actitud indiferente de que un hombre tan guapo y sorprendente, la viera con aquellas pintas.
- ¿Cómo se te ha ocurrido venir a darme una visita a las siete y media de la mañana? Si sabes que a esa hora , no soy persona...
Valentina había hecho una afirmación, esa que indicaba que en un pasado, habían estado muy unidos. Ambos se dieron cuenta, pero ninguno hizo hincapié a aquello.
- Recuerda que no trabajo muy lejos de aquí, así que creí que deberías de madrugar un poco. A veces sienta bien y ayuda a comenzar con fuerzas el día, sobre todo si te tomas un café tan bueno como éste y unos bollitos de chocolate para acompañar. - Vale, has venido a engordarme. Los dos se echaron a reír. Fue divertido ese comentario, pero las carcajadas terminaron y pronto se instaló un silencio algo incómodo. - Te he echado de menos.- Lucas habló.- lamenté mucho el haberme alejado de ti como lo hice, sin insistir o luchar. Creí que era mejor dejarte el espacio que pedías... - Lucas, en aquel momento, era lo que necesitaba, ver si realmente lo nuestro tenía futuro. Y por desgracia, elegiste la vía fácil, el seguir trabajando y luchar por eso, y dejar de lado la relación que teníamos. Pensaba que cambiarías de idea, pero al final, te fuiste. - Creía que era lo que querías. Que lo dejáramos. ¡Fuiste tú quien lo pidió! - ¡Y tú no te negaste! Aceptaste sin dudarlo.
Ambos parecían enfadados el uno con el otro.
- ¿Y ahora qué? Tú estás con el Playboy ese italiano... - Se llama Marcelo. Y tú estás con la Barbie Malibú dos. - Rebeca. Espera, ¿dos? - Sí, bueno, la primera era Chiara, la ex de mi primo Angelo...
Lucas se echó a reír por el cambio repentino de la conversación y de actitud. - Veo que sigues igual... - No soy igual, ahora he cambiado. Ya no te quiero, ¿sabes? Esa última frase, no le había gustado nada al muchacho, así que sin pensarlo, se abalanzó sobre Valentina, le agarró la cara y la besó en los labios, duro y con ganas.
Valentina se revolvió y se separó de él.
- Lucas yo... - No me digas que no quieres ésto por que lo deseas tanto como yo. - No es eso, es que tu nueva barba me hace cosquillas. Lucas sonrió - Si es por eso, tranquila. Es cuestión de adaptarse, preciosa.
Lucas volvió a devorar la boca de la chica y ella siguió el beso de forma ansiosa. Valentina se prometió disfrutar y revivir los sentimientos que tenía cuando Lucas la besaba tiempo atrás, y Lucas decidió dejar de ser el chico correcto y sensato, para convertirse en el amante perfecto para Valentina.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hola Mis Queridos Lectores, como ya os ha avisado Miki, me voy a tomar unas pequeñas vacaciones. Este verano ha sido intenso y ahora necesito descansar por dos semanas. Volveré el día 11de setiembre con más capítulos y las pilas recargadas para seguir deleitándonos con mis historias. Podéis seguir comentando y visitando mis redes sociales, ya que Miki seguirá contestando.
No os olvidéis de votar si os gustó y comentar, que siempre nos gusta leeros.
"Los reencuentros pueden volver a hacernos sentir cosas que creíamos olvidadas." J.G.