Prometo volver... A enamorarte (Prometo #3)

Capítulo Final: Por supuesto.

El olor a magdalenas y café despertaban a Valentina del mejor sueño del mundo. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que todo había sido real y no lo había soñado.

  - Buenos días, dormilona.- Lucas besó la frente de la chica. - Te he traído el desayuno.
  - ¿Tú o el servicio de habitaciones?- Valentina quería meterse con Lucas.
  - Bueno, teóricamente es gracias a mí porque lo he pedido yo. - Lucas se carcajeó y Valentina lo siguió con ganas. 

Ambos disfrutaron de un desayuno exquisito y variado.

  - Tenemos que hablar con los chicos y contarles lo nuestro. Sobre todo a Carlo...
  - Que no te preocupe mi hermano. Estará encantado.
  - Lo sé, pero es amigo de Marcelo y no quiero que haya problemas con eso.
  - Lucas, si quieres podemos esperar.
  - Me parece bien lo que tú decidas. Si quieres decírselo ahora, hazlo. 
  - Esperaremos.- Concluyó ella.- Quizás sea lo mejor.

Mía estaba en el baño, esperando impaciente a por el resultado del test de embarazo.

Salió por la puerta del servicio sonriendo, pero en su cara, no había pizca de alegría. Angelo supo que había dado negativo de nuevo y se acercó a abrazarla.

  - No te preocupes, Amore. Todo está bien.
  - No Angelo. No lo está. Ésto parece que es imposible.- Las lágrimas que caían de los ojos de Mía, mojaban la camisa del chico.
  - Mía, no quiero que te disgustes. Piensa en que tenemos mucho tiempo para intentarlo, y si vemos qué no podemos, adoptaremos un bebé. Para mí, lo más importante, es que tú seas feliz y estés sana. ¿De acuerdo? Te quiero, Piccola.
  - Y yo a ti, Angelo. Te amo.

Era evidente que Mía y Angelo se amarían siempre pasase lo que pasase, y eso, los mantendría unidos de por vida.

Esa misma tarde, Uriel y Mateo, mandaron un mensaje a todos sus amigos para reunirse por la noche en la cafetería a la que iban muchas veces.
Nadie sabía que era lo que ocurría porque no dieron absolutamente ningún detalle de lo que querían hablar. Bueno, nadie excepto Irene y Carlo.
Éste último desde que llegó al bar, no dejó de hacerle la rosca a Mateo.

  - Mateo, vaya, ¿son gafas nuevas? Te favorecen mucho.
  - No lo son. Siempre llevé éstas.
  - Pues déjame decirte que son muy favorecedoras. A mí me quedarían mejor, pero tú no estás nada mal con ellas.

Todos se miraban entre sí sin entender nada. Irene y Uriel negaron con la cabeza mientras se reían pues ellos, sabían pa que se debía aquel cambio del italiano.

  - ¡Atención chicos! He querido reunirme con todos porque hay algo que debéis saber.- Carlo tenía una sonrisa de oreja a oreja esperando a que dijera de una vez que a Mateo le gustaban los chicos, y no Irene como había creído siempre.- Mateo y yo... Bueno, estamos saliendo desde hace un tiempo.- Dijo Uri emocionado mientras el chico de gafas pasaba su mano por el hombro de Uriel.
 
Todos se sorprendieron, pero no tardaron ni un segundo en felicitarlos.
Valentina y Lucas se miraron. Tal vez, ese era un buen momento para contar que se amaban.

  - Yo, también quería hablaros de algo.- Anunció Valentina.- Ya sabéis que estuve un tiempo saliendo con Marcelo, pero ambos sabíamos que esa relación no iría a ningún lado. Él no me amaba y yo quería a otra persona.
  - ¿Cómo?- Carlo se sobresaltó.- Explícame eso ahora mismo.
  - Sé que sois amigos, Carlo, pero no funcionaba.
  - Pensé que se había ido por trabajo... Ahora lo entiendo. Por eso me mandó aquel mensaje...-Comentó su hermano.
  - ¿De quién estás enamorada, Valentina?- La animó Claudia que sabía su secreto.
  - Es evidente.- Todos prestaron atención a Ciro.- digamos que no disimuláis nada bien. Creo que todos los que estamos aquí, sabemos que es Lucas.
 

Valentina, Lucas y Carlo, se asombraron por la declaración de Ciro.

  - Ciro, no seas cuentista. Si mi hermana y mi amigo estuvieran enamorados, yo lo sabría.- Presumió Carlo.

Valentina y Lucas se tomaron de la mano y Carlo abrió sus ojos tanto como su boca.

  - ¡No me jodáis! ¿En serio? ¿Era yo el único que no lo sabía?
  - Creo que sí, amigo.- Se burló Ciro.
  - Yo sabía que había algo entre ellos desde el primer día que se encontraron delante el uno con el otro en el piso.- Mía no se olvidó de la reacción que tuvieron aquel día al verse.- Luego, até cabos porque te conozco, hermanito.- Dijo dirigiéndose a Lucas.

Al parecer todos lo sabían y no querían decir nada. Esperaban que se dieran cuenta  por ellos mismos. Mía conocía demasiado bien a a su hermano e intuía que entre él y Valentina había un romance.

Carlo se pasó toda la noche buscando alguna coincidencia en donde Valentina y Lucas habían dejado ver su interés mutuo, pero no la hallaba.
Esa, había sido una noche de confesiones amorosas bien bonitas.

Un mes después...

  - ¡Posad para la cámara!- Gritaba el fotógrafo.
 
Todos los amigos sonreían felices. Habían pasado un montón de adversidades, pero siempre habían sabido superarlas.
Mateo y Uriel, seguían juntos y probablemente, lo harían por mucho tiempo.
Irene le había dicho a Carlo que estaba embarazada, él se emocionó como un crío. Ambos habían decidido no contarlo aún porque sabían el trabajo que les costaba a Mía y a Angelo ser padres. Aunque no se rendirían y probablemente, acabarían adoptando a un pequeñín sin familia.
Max y Claudia hacía tiempo que vivían juntos y su relación iba viento en popa.
Ciro y Alena, se acababan de casar esa misma mañana y ahora el fotógrafo intentaba sacarles una foto en grupo.

  - Listo chicos.- Anunció el hombre.

La música sonaba y los muchachos bailaban con sus parejas, amigos y familiares. Era una boda preciosa en donde todos disfrutaban felices.

  - Valentina.- Susurró Lucas a la chica.- Vámonos de aquí.
  - ¿Qué dices? ¿A dónde quieres ir?
  - A Nueva York.

Valentina se carcajeó, pero paró en cuanto se dió cuenta de que Lucas decía la verdad.
  - ¿Es en serio?
  - Por supuesto. Nunca he estado más seguro de algo. Quiero vivir mi vida contigo, a tu lado. Me da igual en donde, pero he preparado este viaje a última hora. Quiero dejar de ser una persona que lo organiza todo, para hacer de vez en cuando lo que el corazón le dicte. Y ahora, quiero irme contigo. ¿Aceptas?
  - No hace falta ni que me lo preguntes.

Lucas besó a Valentina. Un beso tierno, tímido y apasionado al mismo tiempo.
Valentina agarró la mano del chico dispuesta a  vivir cualquier aventura a su lado, porque ambos, se amaban con locura.

Fin.

Hola Mis Queridos Lectores,

¡Se acabó! La serie #Prometo  llegó a su fin. Tengo muchos sentimientos y todos positivos. He disfrutado con esta trilogía mientras la escribía. Un año después desde su inicio, se acaba con este capítulo.
Espero conocer vuestras opiniones de todas las partes, que me digáis pareja o parejas favoritas, personajes que os hayan gustado y los que no, los sentimientos que habéis tenido mientras leíais...
En fin, muchísimas gracias a todos los que votasteis, comentasteis y leísteis hasta aquí, hasta el final.

Publicaré algo en esta historia, estad atentos a una nueva actualización en donde os traeré una sorpresilla.
Nos leemos.

"Los finales, también pueden ser felices."
J.G.