Capítulo 4: "Bosque".

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-Comienzo a creer que me estas siguiendo y además, me confundes con alguien salvaje. - Espetó divertido. -¿Debería asustarme?.

-Yo soy la que deberia pensar eso, ¡me ha dado un buen susto!, por unos instantes creí que era una bestia o algo.

Aunque no lo parezca, la verdad es que si me dió un susto de muerte.

-¿Ahora también soy una bestia?. No me gusta este juego de los apodos.- Sonrió de medio lado, y se acercó un poco mas hacia mi. ¿Es tan infantil?.

-No estamos jugando nada.. - Me excuse. -Pero.. ¡Hablo en serio!.

-Yo también hablo en serio, eres muy mala jugadora. - le dí una mala mirada.

¿Era tan difícil entender eso?.

-¿Sabes qué? olvidalo. - Suspiré resignada.- ¿Que hace usted por estos alrededores majestad? - Pregunté a lo que hizo una mueca.

-Por favor deja de llamarme así. Nada de "Majestad", solo dime Zen. - Pidió. -Siempre me ha gustado escaparme en mis ratos libres y caminar por el bosque. 

Ahora que lo pienso, no estaba vestido como siempre, esta vez solo llevaba una camisa de color negro y pantalones claros. Se veía muy bien.

-Está bien, Zen. - Probé su nombre.

-Mucho mejor. - Declaró. -¿Y.. Que haces tú por estos lados?.

-Estaba explorando el bosque, y me senté a tomar un descanso. Pero, ya me iba dentro de poco.  -Agarré impulso para levantarme de la piedra y sacudí mi ropa, librandola de algún rastro de tierra.

-Espera. - Me detuvo. - ¿Estabas explorando, no?, Yo te puedo ayudar, conozco muy bien estos lugares. - Ofreció. Lo pensé por unos instantes, no era mala idea.. no quiero estar muy cerca de el por si acaso, pero.. puede servirme. Ademas, podía recolectar información.

Y aunque no lo quisiera admitir, Zen irradia confianza, podía ser yo misma con el. A penas lo conozco pero es como si nos hubieramos conocido de toda la vida. Estar con el no era incómodo. Si el supiera quién soy realmente, ¿Sería igual?.

-¿En serio? Gracias, sería de gran ayuda. - Acepté.

-Claro.. vamos. - Hizo un ademan para que lo siguiera.

Nos abrimos paso entre las ramas, y me guió hacia un lugar con menos plantas, así era mas facil caminar. Estuvimos unos minutos andando en silencio.

Hacía un calor infernal, no me pareciera raro que estemos por los 30° grados.

-Entonces.. - Llamó mi atención. - ¿Tienes alguna ocupación? - Habló, tratando de sacar algun tema de conversación.

-Si, aún sigo mejorando mis estudios y soy aprendiz de medicina.- Dije y fué la verdad, amaba la medicina desde muy pequeña.

¿El tendra una ocupación? claro, además de ser principe y cumplir con sus deberes reales.

-Eso es realmente bueno. La medicina hoy en día es muy necesaria.

-Por eso deseo aprender aún mas..  quiero poder salvar vidas y ayudar a las personas.

Zen me miró por el rabillo de su ojo y me dedicó una dulce sonrisa.

De repente, no soy capaz de darme cuenta de la piedra que se encuentra a escasos centímetros de mí y tropiezo cayendo directamente de bruces al suelo, unas manos rapidamente se envuelven en mi cintura para amortiguar la caída.

-¡Demonios ____! - Expresa, preocupado. - ¿Te encuentras bien?.

Un pequeño dolor recorre mi pierna, hago una mueca y de pronto soy capaz de ver como pequeños hilos de sangre salen de mi rodilla. Al menos no llegué a tocar el suelo, pero si a rasparme con la roca.

Siempre Fué Ella. [Zen Wistaria] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora