Capítulo 5: "¿La verdad?"

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Los intensos rayos del sol que entraban desde la ventana de mi habitación me incitaban a despertarme. Trate de volver a conciliar el sueño, pero me dí por vencida.

Escuché pequeños toques en la puerta de la habitación.

- Adelante. - Di un pequeño bostezo.

-Oh, señorita ¡Buenos días! - Saludó. - El desayuno está servido, y el Rey solícita su compañía en la mesa.- Avisó con gran ánimo una señora que hacía el servicio de limpieza en el castillo.

-Gracias, dile a mi padre que en seguida voy.

Cambié mi pijama por un vestido celeste, que utilizaba casualmente siempre que me encontraba en el castillo y unas sandalias de tacón blancas, lo típico.

Dejé mi cabello suelto y salí de la habitación, debo apurarme e ir al comedor a desayunar, a mi padre no le gusta esperar.

A medida que pasaba por algunos pasillos, podía ver guardias y personas que trabajan en el castillo saludarme, a lo que yo correspondía con una sonrisa.

Bajé por unas escaleras y me agarré del barandal, Temo tropezar. Cuando la puerta del comedor se próxima, la empujo adentrandome en la habitación. Papá está sentado en la silla de la punta en la gran mesa.

-Buenos días padre. - su mirada se encuentra con la mía y me sonríe. Me dirijo a mí lugar, donde ya se encuentra mi desayuno servido.

-Buenos días hija, llegas justo a tiempo. - Dice y mi ceño se frunce. - Quiero hablar contigo sobre algo sumamente importante.

-¿Sucedió algo?.

-Si.. los problemas van de mal en peor, el reino está en su punto crítico, es probable que dentro de poco nos quedaremos sin recursos económicos. Por eso, necesito que ayudes en el plan del cual hablamos. - hace una pausa. - No nos queda otra opción más que infiltrarse en el reino de Clarines, cariño, en eso cuento contigo. - expresa con demasiada seriedad. Tomo el vaso con jugo de naranja, que descansa a un lado de mi plato y le doy un sorbo.

-Padre, hacer eso sería nuestro fin.. traicionariamos el tratado que se hizo hace años, además.. - Bajo la mirada, debatiendo entre hablar o no. - Clarines no merece eso... E-es un b-buen reino. No estoy de acuerdo. - Susurro. La expresión relajada de su cara se esfuma, por una mirada tensa y irritada.

-No puedo creer que aún no entiendas _____, tú misma lo has leído y yo te lo he contado. - Su tono de voz se eleva. -¡Cuántas veces tengo que decirte que Clarines es un maldito reino traicionero! No puedo creer que lo defiendas después de todo lo que ha pasado. - le da un golpe a la mesa. - Por eso te mando a averiguar, eso es esencial para llevar a cabo, la recuperación de lo que nos robó.

Fué una mala idea, jamás tuve que haber dicho eso. Más cuándo se que no le gusta ese tema. El rey no era malo, sólo tiene un carácter algo fuerte y peculiar, pero se que me ama, después de todo es mi padre.

- Lo siento, no fue mi intención, usted tiene razón. - Me disculpo y su cuerpo se relaja. - Pero.. ¿Puede contarme la historia de lo que pasó?, porque yo dudo que acabe así, además que todo el mundo tiene prohibido hablar sobre ello, pero yo siendo la Princesa, parezco estar menos informada.

-La historia tiene el mismo final hija, no entiendo porque quieres  escucharla. Pero, está bien, la contaré de nuevo para ti. - Se toma unos instantes para terminar su desayuno.

Una oleada de nervios se apoderan de mi, quiero saber que pasó, su verdadera causa, absolutamente todo. Desde que tenía la edad suficiente para entender temas complicados me ha interesado saber todo respecto al pasado.

-Bueno.. - Se aclaró la garganta. - todo comenzó desde mucho tiempo atrás, tu aún no eras nacida, cuándo tu abuelo hizo la primera negociación de trigo con ese reino, se había decidido que las ganancias serían equitativas para cada reinado. Todo marchaba estupendo, hasta que de la nada se derrumbo. Unos de los problemas fué la acusación de que Nelveska había estado vendiendo el trigo ilegalmente, pero realmente se hizo eso porque Clarines estaba aprovechandose de los bienes del reino.

-Esa parte de la historia ya la he leído. - lo interrumpo. - Pero, ¿Por que se cortaron los lazos de comunicación entre ambos reinos?. - Pregunto, a lo que hace un ademan para que me calme.

-A medida que pasó el tiempo, cada pueblo apoyaba su lugar. Debido a eso, los aldeanos se metían en problemas con el otro pueblo, y así sucesivamente. Esto llego a tal punto, que hubo una crisis de cosecha y economía. Por eso, se decidió hacer un tratado de paz. Pero, unos días antes de firmarlo, Clarines volvió a acusar a Nelveska de una causa aún mayor. Fue tan grave, que tu abuelo decidió dar su vida como pago, y dejarme a mi al cargo. Por supuesto, lo declinaron. "Para que sirve el cadaver de un viejo"  estas fueron las palabras que dieron.

》Al punto de la desesperación y en su lecho de muerte, mi padre le ofreció al reino de Clarines, el báculo de diamante que ha pasado en generación por toda la familia real Kirwan y un gran porcentaje de tierras fértiles. El trato quedó cerrado, y no se supo mas nada respecto a lo que pasó. Y como puedes ver en el presente, todas estas leyes fueron el resultado.

Un nudo se ha formado en mi garganta, no puedo describir lo que siento. Gran parte de la historia ya la había escuchado, pero no puedo creer que nos hayan hecho la vida cenizas con todas esas acusaciones, jamás conocí a mi abuelo, pero.. lo estaban volviendo loco hasta el día de su muerte.

-N-no lo puedo creer... - Bajo la mirada y apreto los ojos. No voy a llorar. Soy una idiota, no debí defender a ese reino, no cuando hicieron una gran injusticia.

-Por eso necesitamos recuperar lo que nos quitaron, debemos hacerlo. - su tono refleja determinación. - Y para eso, necesito que sigas con lo que te pedí.

-Hagamos ese plan. - Declaro.

-Para todo se necesita tiempo mi niña, por ahora, cuéntame lo que has investigado. 










Siempre Fué Ella. [Zen Wistaria] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora