Días difíciles

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Capítulo 21

Desde que nacemos estamos destinados a ser algo, en el camino corto y largo que ha sido mi vida he conocido todo tipo de sentimiento, desde alegría, hasta dolor intenso, esos sentimientos son los que forjan nuestro carácter y nos hacen valorar más nuestra vida y a quienes tenemos  a nuestro lado. 

Desde que rompí con Alex mi vida cambio totalmente, estaba tan acostumbrada a él, nos veíamos todos los días y que se fuera de mi lado dejo mi alma rota y vacía, sin embargo con el poco tiempo que he estado sola he comprendido la magnitud de mi potencial, todas las cosas ayudan para bien, y cada paso que he dado me ha guiado hasta donde estoy, quizá, no es la mejorar manera ni el mejor momento para recibir a un hijo, pero así tendré que aceptarlo...

Han pasado apenas 2 días desde que pasó aquello en el hospital, James ha estado muy consternado por su padre, lo entiendo, si fuera el mio, también estaría mal, sin embargo a pesar de sentirme mal por mi embarazo, he intentado ayudar a James y a la señora Aurora en todo lo que he podido, tengo aquella habilidad de poner primero a los demás antes que a mi, y como siempre, salgo perdiendo. 

Estaba sentada en mi cama y por mi mente pasaban muchos pensamientos, aún no sé que hacer con el bebé, entiendo que es mi responsabilidad, pero aún así, no logro asumir esto, una y otra vez me pregunto como fue que llegamos hasta este punto, durante el año y medio que fui novia de Alex me cuidé, usaba pastillas anticonceptivas y nunca pasamos por un susto, y cuando creí que estaría bien dejarlas, quedo embarazada, al parecer los espermatozoides aprovecharon que no me cuidaba para irrumpir por todo mi cuerpo, así funciona. 

Quisiera haber tenido un solo amigo para poder hablarle sobre lo que me pasaba, intenté hacerlo con Wendy Horace, pero, simplemente no me escucho, es jodido estar para todo el mundo, y simplemente cuando necesitas ayuda, nadie esta para ti, pero así es la vida, y lo merezco, no he formado lazos tan importantes con alguien, excepto con Cleare y Daniel cuando eramos niños, James, y por supuesto Alex. Pasé mis manos por mi vientre e imaginé las muchas cosas que podría hacer si no tuviera este problema, seguramente tendría que evitar hablarle a mis padres sobre lo que pasaba, ellos estarían avergonzados, más aún mi madre después de lo que le hizo mi padre. Tendría que ser fuerte, y crecer, nuevamente me repetía que era mi responsabilidad y era yo quien tenia que cuidar a esa criatura, lo único que me confortaba era imaginar que todo estaría bien, que podría tenerlo en mis brazos y sería mi soporte, deseado o no, era mi hijo. 

Tomé el teléfono y le llamé a James, después de dos timbres contestó

James: Hola Julia

Ju: Hola, ¿Cómo va todo?

James: Sabes que todo va mal 

Ju: ¿Quieres que nos veamos?

James: Para ¿Qué? 

Ju: Para hablar 

James: sobre el bebé- Guardó silencio- Julia... he estado pensando sobre eso, supongo que lo mejor por ahora es que abortes -Mis lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, no podía creer lo que estaba escuchando- debes entenderme Julia, yo no puedo encargarme de un niño si aún no puedo cuidarme yo, necesito vivir, necesito graduarme, además sabes por lo que estamos pasando  en casa, mi padre esta muy mal, mi madre esta devastada, mi hermana no ha querido comer, entiende por favor

Ju: no necesito de tus explicaciones 

James: si lo necesitas, lo necesitas mucho porque yo no quiero esto Julia, es verdad que me acosté contigo, que tuvimos un buen sexo, el mejor de mi vida, pero no quise lograr esto, no quise...

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