Dos.

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Dos años después

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Dos años después.

Sehun frunció el ceño cuando, a mitad de una tranquila tarde de domingo, la pantalla de su teléfono comenzó a iluminarse, anunciando una llamada entrante. Tomó el aparato y observó, extrañado, que el identificador de llamadas mostraba que el remitente era un número privado.

—¿Por qué no contestas? —preguntó Seohyun desde el otro lado de la habitación, donde se encontraba de puntillas intentando alcanzar una toalla limpia de la repisa más alta del armario.

—Es un número privado, no me gusta responder llamadas de números privados —explicó Sehun, mirando a Seohyun, que sonreía triunfante con la toalla en la mano.

No pudo evitar sonreír. Pudo haberla ayudado a alcanzar la toalla, ya que era considerablemente más alto, pero entonces ella no tendría esa sonrisa triunfal en su rostro.

—Lo sé, pero quizás era algo importante —dijo Seohyun, dirigiéndose al baño—. Si vuelven a llamar, atiende.

—Sí, madre —dijo Sehun en tono burlón. La chica lo miró con los ojos entrecerrados unos segundos, intentando fingir molestia, pero poco después una sonrisa se posó en sus labios y le dedicó una mirada afectiva a Sehun antes de entrar al baño y cerrar la puerta tras ella.

Sehun soltó un suspiro, con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios. Hacía casi un año desde que había conocido a Seohyun. Cuando la conoció, las cosas en su vida no estaban yendo especialmente bien, pero ella logró hacerlo sonreír realmente por primera vez en meses. Después de preguntarle si sabía dónde se encontraba el centro de la ciudad y Sehun le dijera que estaban en ahi, las mejillas de Seohyun se habían teñido de un tono rosa adorable.

Seohyun le había explicado que venía de Wonmigu y que era su primera vez en Seúl. Conversaron durante unos minutos, ella le dio su número y sugirió que quizás podrían ir a beber algo esa noche, pero Sehun la había rechazado amablemente. Sin embargo, cuando una semana después de su encuentro, Sehun seguía pensando en ella, decidió que no perdía nada con intentarlo. Desde entonces, habianmantenido una relación bastante estable. Aun asi Sehun no se sentia capaz de avanzar, de dar un paso más.

El teléfono de Sehun sonó otra vez, haciéndolo salir de sus pensamientos. Nuevamente, el identificador de llamadas anunciaba un número privado, y con desconfianza, Sehun respondió.

—¿Hola?

—¿Sehun? —dijo una voz suave al otro lado de la línea. Una voz terriblemente conocida para el joven. Una voz que hizo que los latidos de su corazón se aceleraran. Una voz que hizo que todo aquel dolor que creía haber dejado atrás martillara su pecho, demostrándole que estaba equivocado, que seguía allí.

—¿Jieun? —susurró, y se sorprendió de que cualquier sonido lograra pasar a través de su garganta.

—Sehun... —susurró la voz al otro lado de la línea, suavemente, como una caricia. Aunque para Sehun más que una caricia, fue como una bofetada.

—¿Qué... qué? —fue todo lo que se las arregló para decir.

Dos años y siete meses habían pasado ya desde la última vez que había escuchado la voz de Lee Jieun. Escuchar su suave voz lo hizo recordar el atormentante dolor que sintió cuando despertó esa mañana solo en aquella habitación, abrazándose a sí mismo; y también el vacío en el que vivió durante meses.

—Sehunnie, yo...

—Oye amor, había olvidado decirte que la ducha está actuando extraño, últimamente no... —dijo Seohyun, saliendo del baño con una toalla amarrada bajo sus brazos, pero se quedó en silencio al ver la cara de su novio.

Sehun escuchó cómo Jieun aguantaba la respiración al otro lado de la línea.

—¿Amor? —preguntó, en un tono que Sehun no pudo identificar. O quizás, no quiso identificar.

Sehun no sabía qué decir o qué hacer. Jieun esperaba una respuesta y Seohyun lo miraba con su rostro lleno de preocupación, pidiéndole explicaciones con la mirada, y él no podía despegar sus labios.

—Quizás no llamé en el momento indicado —la voz de Jieun sonó entrecortada, Sehun la conocía suficiente como para saber que estaba luchando por no romper a llorar.

Solo había dos cosas que podía hacer en ese momento. Salir de la casa y contestar la llamada de Jieun, la chica que rompió su corazón en miles de pedazos, o quedarse con Seohyun, la chica que tomó cada uno de esos pedazos y los juntó otra vez dentro de su pecho.

—Lo siento, pero quizás nunca será el momento indicado —respondió finalmente y escuchó un jadeo proveniente de Jieun antes de colgar la llamada.

Dejó caer su cuerpo sobre la cama y se cubrió los ojos con las manos. Sentía las lágrimas amenazando con caer y, aunque intentó con todas sus fuerzas evitarlo, no fue capaz de contener el jadeo que escapó de entre sus labios. Seohyun corrió hacia él, envolviéndolo entre sus brazos sin hacer ninguna pregunta. Sehun estaba agradecido por eso, no se sentía capaz de articular palabra alguna.

¿Quién se creía Jieun para llamarlo y hacer que el dolor que había dejado atrás con tanto esfuerzo volviera a él, golpeándolo como un tornado? ¿Qué clase de persona era? ¿Qué demonios podía querer de él ahora, después de tanto tiempo?

Habrán pasado quizás unos veinte minutos cuando el sonido del teléfono de Seohyun los sobresaltó a ambos. Ella hizo ademán de dejarlo sonar, pero Sehun movió su mano en dirección a la cómoda, indicándole que estaba bien que fuera a contestar. Seohyun se levantó y se aclaró la garganta antes de atender.

—¿Hola? —dijo y en su voz aún se podía percibir cierto matiz de preocupación—. Mmm, Jongin... no creo que hoy sea el mejor día para salir, Sehun está indis...

—No —lo interrumpió Sehun y se sorprendió de lo firme que sonó su voz—. Dile que nos vemos en una hora en el lugar de siempre.

—¿Seguro? —preguntó, tapando el altavoz del teléfono. Sehun asintió. Poco convencido, dejó escapar un suspiro—. Nos vemos en una hora en el Melody... bien, adiós.

Seohyun no dijo ni una palabra cuando Sehun caminó directamente hacia el baño y cerró la puerta detrás de él. Su novio no había explicado qué acababa de ocurrir, pero ella conocía suficientemente bien la historia de Sehun como para hacerse una idea de quién había llamado al teléfono. Un nudo comenzó a formarse en la boca de su estómago. El hecho de que Sehun reaccionara de esa forma quería decir que aún no había superado el dolor, lo que significaba que aún no había superado a Jieun... ¿Eso hacía lo que Sehun sentía por ella menos real? ¿Dónde quedaba ella si Jieun decidía volver a recuperar a Sehun?

A last night with the stars.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora