El corazón de Sehun se aceleró cuando su teléfono sonó a la mitad de una aburrida tarde de domingo. Respiró hondo un par de veces antes de atender, para asegurarse de que su voz sonara normal.
-Eunie -dijo, aliviado de no sonar demasiado ansioso.
-Sehun... -susurró la chica al otro lado del teléfono. Sehun frunció el ceño al percibir un leve temblor en su voz.
-¿Todo bien, Eun? -preguntó. La emoción inicial al ver su nombre en el identificador de llamadas se transformó en preocupación. Eun casi nunca lo llamaba; siempre se comunicaban por mensajes, pues hablar por teléfono era arriesgado para ella. Y cuando lo hacía, casi nunca era una buena señal.
-Sehun... -repitió- necesito verte hoy...
-¿Hoy? ¿Taeyeon...? -comenzó a preguntar Sehun, pero ella lo interrumpió.
-Yo me haré cargo de eso, pero por favor, necesito que sea hoy -suplicó Eun, y Sehun no tenía intenciones de negarse al escuchar el tono desesperado de la chica.
-Está bien -dijo suavemente-. Nos vemos en donde siempre a la hora de siempre. Te amo, Eunie -agregó, pero no recibió respuesta. Alejó el teléfono para confirmar lo que ya sabía: Eun había colgado.
Dejó escapar una gran bocanada de aire. No era la primera vez que Eun lo llamaba llorando, pero esta vez se sentía más aterrado. Algo en la voz de la chica le indicaba que algo andaba realmente mal.
Caminó hacia la cómoda junto a su cama, abrió el primer cajón y tomó una caja negra. Dentro había un anillo de oro con un pequeño diamante; algo sencillo, pero había trabajado horas extra durante meses para comprarlo. No planeaba proponerle matrimonio hasta el próximo jueves, pero si iba a verla ahora, entonces lo haría. Era su única oportunidad de tenerla solo para él, y cuanto antes ocurriera, mejor.
Sehun y Eun solían encontrarse a las ocho en un pequeño hotel en el norte de la ciudad, a media hora de su casa en auto. Sin coche, tendría que viajar una hora en autobús.
Buscó algo elegante en su armario, pero se dio cuenta de que siempre que intentaba ser elegante como Eun, se sentía fuera de lugar. Eun solía decirle que no le importaba su clase social, pero Sehun sabía que la principal razón de que Kim Taeyeon fuera su novio formal era porque él no era el hijo del socio multimillonario de su padre.
Metió la caja negra en el bolsillo delantero de sus jeans y salió. Le gustaría decir que estaba emocionado, pero el nudo en su estómago y el mal presentimiento no lo dejaban estar feliz.
***
Eran las siete cuando Sehun terminó de preparar la habitación del hotel. Había colocado velas y pétalos de rosas, formando un corazón en la cama, y velas aromáticas estratégicamente distribuidas. Todo le parecía muy cliché, pero sabía que a Eun le emocionaban y eso era suficiente para él.
A las ocho y media, tres golpes suaves en la puerta lo hicieron apartar la vista de su teléfono. Toda la ansiedad y el miedo hicieron que el corazón de Sehun se estrujara cuando abrió la puerta. El rostro de Eun, normalmente sonriente, ahora estaba marcado por profundas ojeras y ojos hinchados por el llanto.
-¿Eun? -dijo Sehun, confundido y asustado.
Eun se lanzó en sus brazos sollozando. Sehun cerró la puerta como pudo y la apretó contra él. Quería preguntarle qué había ocurrido, pero las palabras no lograban pasar el doloroso nudo en su garganta.
-Eunie, dime por favor... -logró decir Sehun con voz ahogada.
Eun se apartó del pecho de Sehun para mirarlo, pero al ver la habitación decorada, se sintió aún peor.
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A last night with the stars.
Romance"Eunie, ¿que has estado haciendo? ¿Estas sonriendo? Yo he tratado de hacerlo."