Querida Beth:
No sé si lees aún mis cartas.
Tampoco sé por qué aún las escribo.
Solo sé que me gustaría ver tu cara cuando leas esto:
Hoy, Cristin y yo fuimos a la playa. ¿Y sabes Beth?
Ella no se sumergió en el agua conmigo, no hizo guerra de chispitas de agua, no corrió hacía mi con la tonta excusa que había un tiburón cerca.
Ella no eras tú, no entendía nada de lo que hacía porque sólo tu podías hacerlo.
Pero tu nunca volverás a tenerme.
PD: No me creas soy un mentiroso.
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Querida Beth: Te Mentí.
NouvellesNadie tiene más posibilidades de caer en el engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos.