El circo de mis sueños

Acto 2: Domador

DARIEN

Me encontraba preparándome física y mentalmente para mi siguiente show del día, conozco mi rutina prácticamente al revés y al derecho, sin embargo, algo que he aprendido durante todos mis años en el circo es que siempre debes prepararte, un solo error ya sea en mi rutina como payaso o haciendo algún tipo de acrobacia, puede resultar fatal y hacer que todo se desmorone.

Nací y me críe entre artistas, luces, aplausos y espectáculo y la verdad es que no cambiaría mis días vividos en este lugar por nada ni nadie en el mundo. Estoy completamente seguro que terminaré mis años entre risas y saltos, maquillaje y carpas, tal como ha sido por generaciones en mi familia.

Mi madre era una hermosa y talentosa trapecista nacida en el mundo circense, mi padre en cambio era un estudiante de teatro quien quedó cautivado con la hermosa artista en el momento en que la vio por primera vez cuando el circo llegó a su ciudad y sin dudarlo decidió unirse a aquel extraño lugar. Los primeros meses se dedicaba a la venta de entradas y ayudar en las distintas tareas diarias del lugar, sin embargo no pasó mucho tiempo hasta que el padre de su amada, quien resultó también ser el dueño del circo, se diera cuenta de su talento en las artes y su gran habilidad para hacer reír al resto de sus compañeros, por lo que pronto se convirtió en uno de los payasos más reconocidos del lugar, durante este proceso por supuesto, también se ganó el lugar más importante en el que le interesaba estar, el corazón de su amada trapecista.

Al poco tiempo se casaron y comenzaron a aumentar su familia y digo aumentar, ya que en el circo todos somos una gran familia. Fruto de esa relación nació mi hermano mayor Andrew y diez años después llegó esta preciosidad al mundo.

Lamentablemente mamá no pudo permanecer junto a nosotros todo el tiempo que nos hubiera gustado, ya que una horrible enfermedad la arrebató de nuestro lado cuando yo solo tenía 10 años.

Mi padre murió producto de un paro cardiaco a los pocos años; todos decían que, así como se había unido al circo por amor a ella, también se unía al cielo para seguirla. Mi hermano siempre me dijo que esas eran estupideces, pero yo siempre consideré esta versión mucho más romántica y me daba consuelo, por lo que aún lo creo de esa manera.

Esa es la razón principal de que, aunque la mayoría de mis rutinas sean relacionadas con distintas acrobacias también participe como payaso en el circo, es mi manera de rendir un pequeño homenaje a mi viejo, para que sepa que una parte suya siempre estará aquí conmigo.

Mi hermano mayor es quien administra actualmente todo el lugar; mi abuelo era bastante mayor cuando mis padres se conocieron y se retiró cuando se casaron y bueno, al fallecer ellos el circo pasó a ser nuestro, obviamente yo era muy pequeño para hacerme cargo y para ser sincero yo prefiero ser solo un artista más, lo mío es el escenario mucho más que los números o los negocios, no es que sea un descerebrado y que no sepa de administración, es solo que no me interesa.

Sé que deben pensar que mi vida ha sido terrible debido a que mis padres ya no están a mi lado y aunque debo confesar que a veces si ha sido difícil, soy muy feliz en este lugar; el saber que todo el mundo tiene problemas y tristezas y sin embargo lograr sacarles algunas sonrisas o ver las caras de asombro de los niños al realizar algunos de mis saltos como si yo fuera el más genial de los superhéroes sin lugar a dudas satisface y enriquece mi solitaria existencia.

Si, digo solitaria ya que a pesar de vivir rodeado de gente y tener a mi hermano conmigo, la mayor parte del tiempo me siento solo.

Esta semana hemos comenzado en una nueva ciudad, siempre es un desafío llegar a un lugar desconocido y más en la época actual que estamos viviendo, en que la tecnología deja poco para la imaginación de los niños, pero esa es la parte más hermosa de ser un artista circense, el lograr cautivar los sueños y la creatividad de los niños.