Capítulo 3

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Cruzando mi camino a través del bullicioso centro de la ciudad, me dirigí hacía la estación del tren. Compré un boleto y fui a través de la puerta de entrada. Pude ver el puente que condujo a la plataforma que estaba opuesta a la de este lado. Mis pies se detuvieron.

Podía escuchar el sonido del tren; el único dirigiéndose a la plataforma opuesta. Si corría escaleras arriba, probablemente podría tomarlo a tiempo.

La historia del apartamento catorce. El viento que soplaba a través del pasillo, la leve pendiente de la colina y la cadena de montañas que podía verse a la distancia.

Al momento que mis pies empezaron a moverse, un olor asaltó mi nariz por un instante; era el olor de antiséptico, la pesada atmósfera que había sentido la primera vez que había entrado en el almacén del hospital, para pedir prestado el reproductor de video, se apoderó de mí.

El tren se detuvo sin problemas en la plataforma opuesta. Luché por respirar mientras observaba el tren blanco con su línea horizontal marrón.

Abordé el autobús en la estación de tren. El conductor era el de siempre cuando lo abordaba. Introduje el cupón dentro de la caja de pago que se encontraba al lado del asiento del conductor, y me coloqué en uno de los asientos únicos.

La quinta parada era la del centro médico. No había mucha gente en el autobús, y no había muchas personas que esperaran el autobús para ser recogidos, así que el autobús rápidamente siguió el recorrido de su ruta. Cuando el bus se acercaba al centro médico, presioné el botón de parada sin dudarlo.

El cielo estaba nublado, pero la lluvia que había estado cayendo en la mañana había parado. Al igual que la última vez, había una abundancia desenfrenada de salvia roja floreciendo en el jardín delantero. la suciedad, que era la humedad abundante del fertilizante marrón, atrajo mi atención.

“Ven y visítala de nuevo, ¿lo harás?”

Tetsuya me había dicho eso, pero no había ido a visitarla a ella desde ese entonces. Todo lo que había hecho era grabar el juego de béisbol como él me había pedido hacer.  No había relación entre ella y yo. Pensé que incluso si iba a visitarla, no sabría qué hablar. Pero hoy, sentí como si podía hablar con ella. Me bajé del ascensor, y al pasar por la estación de enfermería, Izumi-san estaba ahí.

-          “Mi! ¿Estás aquí hoy por tu propia cuenta?”

      Ella me preguntó con un brillo en sus ojos.

Caminé por el pasillo largo y recto. Había numerosas puertas idénticas que cubrían los lados.  Era probable el caso en que, detrás de cada puerta, había un paciente que estaba luchando contra algún tipo de enfermedad y que estaba descansando completamente.

Revisé dos veces el nombre de la etiqueta de la puerta antes de tocar.

-         “¿Si?”

Una voz sorpresivamente alegré habló desde el otro lado de la puerta.

-          “¡Oh!”

Cuando ella vio que era yo, ella dijo esto como si estuviera contenta de verme. Ella se encontraba arropada y sentada derecha en la cama. Ya que ella parecía contenta de verme, podría, por el momento, dejar escapar un suspiro de alivio.

-          “¡Justo estaba viendo tu video!”

Había un pequeño reproductor de video, que no era el del almacén del hospital, que estaba conectado al televisor que se encontraba en el estante. En la pantalla estaba la imagen de mí tocando el piano. No lo había notado cuando había abierto la puerta, pero, había la débil melodía de Ravel.

Ichigo Doumei - Mita MasahiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora