CAPÍTULO 4: "Thank you"

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Después de clases me dirigí a regañadientes al estacionamiento, donde un sonriente Eric se encontraba apoyado en su coche, esperándome.

—Hola preciosa—Me guiño el ojo coquetamente y abrió la puerta para mí.

—Hola Eric—Me subí a su coche, si Colton estuviese aquí lo habría abofeteado por esa.

Subió a mi lado.

—Así pues, Ángel, tengo que pasar por la tienda de camino a casa—Puso el coche en marcha y salimos del estacionamiento.

—Genial—murmuré. Decidí mirar por la ventana e ignorarle; seguía molesta con él por toda la cosa de "diez minutos más" de esta mañana.

Se detuvo en el estacionamiento de la tienda unos minutos más tarde.

—Vamos, Ángel—dijo saliendo. Me senté ahí y crucé mis brazos sobre el pecho, rehusándome a bajar. Caminó alrededor del coche y abrió la puerta por mí— Vamos, Ángel— repitió, sosteniendo su mano para mí.

—No se necesitan dos para entrar, Eric. Esperaré aquí—respondí. Metió sus manos en el coche y me recogió con facilidad, arrojándome por encima del hombro, riendo. Dio un puntapié a la puerta para cerrarla y comenzó a caminar hacia la tienda.

—Ponme malditamente abajo, ¡imbécil!— grité, golpeándolo en la espalda.

Él sólo reía de mis escasos intentos de bajar, y siguió caminando. Una vez en la tienda, finalmente me puso en mis pies. Miré alrededor, avergonzada para comprobar si alguien vio eso, pero parecía que no. Alargó la mano y metió algunos mechones de pelo suelto detrás de la oreja, sus dedos demorándose en mi mejilla.

Golpeé su mano fuera de mi cara y lo miré enfadada.

— ¡Eso fue tan vergonzoso!—siseé.

— ¿Cuál es el problema? A la mayoría de chicas les encantaría que les hiciese eso— replicó, encogiéndose de hombros y yendo hacia las revistas.

Pisoteé con el pie, luego me ruboricé porque había pisoteado como un niño pequeño; por suerte, Eric no miraba. Agarró una revista de deportes y una barrita de chocolate y se dirigió al mostrador a pagar. 

Estaba feliz hojeando la TeenVogue cuando dos chicos se acercaron a mí. Me puse tensa.

—Bueno, hola aquí—Uno de ellos, ronroneó. Asentí con la cabeza en reconocimiento y puse la revista de vuelta, alejándome con rapidez en busca de Eric.

—Hey, ¿A dónde vas?— preguntó el otro, cogiendo mi mano. 

Mi corazón empezó a acelerarse mientras miraba alrededor, frenéticamente.

—Estoy buscando a mi novio—le mentí, tratando de sonar segura.

— ¿Novio? No veo ningún novio—dijo el otro, burlándose de mí— ¿Qué tal si vamos a alguna parte y nos conocemos mejor?— ofreció el chico que estaba sujetando

mi mano, tirándome hacia él lentamente.

Me sentí enferma. Oh Dios, Eric, ¡ayúdame! Sé que soy patética, pero odio los enfrentamientos y que la gente me toque, especialmente gente que no conozco.

—Hey, Ángel—dijo Eric, arrojando su brazo alrededor de mi hombro y mirando a los dos chicos, que de inmediato soltaron mi mano y dieron un paso atrás. Me acerqué al lado de Eric y me presioné contra él con tanta fuerza que dolía— Espero que no estuvieran molestando a mi chica—dijo casualmente, pero podía oír el enfado en su tono de voz. Eric siempre ha sido protector conmigo; una vez un chico que empujó en un charco cuando tenía siete, y Eric fue directamente a la casa del muchacho y le dio un puñetazo en la cara.

Eric Secharia - Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora