CAPÍTULO 9: "Descontrolada"

190 11 2
                                    

SE QUE ME DESAPARECI PERO YA ESTOY AQUI HEHE SI ME QUIEREN AGREGAR A FACEBOOK ES https://www.facebook.com/daniela.recinos.71  

PD. ACTUALIZARE CADA MIERCOLES 


Después de unas cuantas horas, estaba bastante borracha. No me sentía muy estable sobre mis pies, pero continué bailando con mis amigos de todas formas. Eric estaba conversando con alguno de sus compañeros de equipo no muy lejos de mí y continuaba mirándome.

— ¡En serio, Eric se está fijando en ti!—chilló Karla en mis oídos por quinta vez.

— ¡No lo hace! No seas estúpida, Kar, probablemente está asegurándose de que no vomite, pues le toca limpiar mañana—terminé mi bebida y solté mi vaso en la alfombra. — Ja, ¡Qué limpien eso en la mañana porque yo no! —Comencé a reír histéricamente, lo que hizo que Karla también riera.

—Voy a buscar otro trago—dije por encima de la música.

La canción cambió a "Rude Boy", de Rihanna, la cuál es una de las canciones favoritas de Eric. Sentí a alguien agarrando mi mano y miré hacia atrás para encontrar a Eric sonriéndome, una sonrisa de las verdaderas y no pude evitar sonreírle de vuelta.

—Baila conmigo Ángel—dijo envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura.

Estaba tan ebria en ese momento que no me importaba estar bailando con Eric; enrollé mis brazos a su alrededor y apoyé mi cara en su cuello. Olía sorprendentemente bien, por lo que me pregunte a qué sabría si lo lamia. Espera, ¿acabo de pensar en lamer a Eric como si fuera un helado o algo? Me eché a reír de mi propia idiotez. Eric se alejó un poco y puso cara de "¿Qué diablos?" lo cual me divirtió todavía más. Rodó sus ojos y sacudió la cabeza, luciendo divertido mientras presionaba su cuerpo contra el mío. La canción no era lenta en realidad, por lo que nos balanceábamos bastante rápido y medio frotándonos el uno contra el otro. Adoro bailar y él era bastante bueno en eso, nuestros cuerpos parecían encajar perfectamente.

Pude sentir excitarse pero no me importó. Eric había estado presionando sus erecciones contra mí, desde que yo tenía doce y él catorce. Se despierta con una todas las mañanas y la mayoría de veces también cuando se queda dormido. Simplemente lo ignoré. Fue raro la primera vez que pasó y de verdad me volvió como loca. Esa mañana se había ido, tan avergonzado que casi lloraba, por lo que le contó a su padre lo que le había pasado y luego vino la noche siguiente a decirme que era normal en los chicos que eso sucediera porque estaban creciendo y su cuerpo estaba lleno de hormonas. Nunca supe si era verdad o no, pero no tenía ninguna razón para dudarlo. Fue embarazoso por un mes o dos, pero luego se convirtió en broma de cierto tiempo y ahora lo ignorábamos completamente. Él se separó un poco para mirarme y dame una de sus agradables sonrisas, por lo que mi boca se curvó devolviéndole una sonrisa. En realidad lucía muy lindo, dado que lo conocía desde siempre.

Colton apareció de la nada.

—Amigo, ¿qué demonios? ¡Es mi hermanita!—le gritó a Eric, agarrando fuertemente su brazo y empujándolo lejos de mí.

—Colton, hombre, en serio, solo estoy bailando con ella, ¡es su canción!—dijo Eric, luciendo realmente molesto.

—Eric, necesitas permanecer lejos de mi hermana, sólo tiene veinte. Sabes por todo lo que ha pasado. ¡No necesita a un tipo como tú persiguiéndola!—le replicó Colton, dando un paso adelante y enfrentando a Eric. Podía decir que estaba borracho por el pequeño toque de rojo en sus orejas, que siempre lo delataban.

— ¡Nunca la lastimaría!—gruño Eric, sus pechos casi tocándose.

— ¡No me importa un mierda! ¡Te digo que te mantengas lejos!—gritó Colton.

Sólo me encogí de hombros y los dejé en eso, no necesitaba atestiguar su pelea, de cualquier manera, ellos se arreglarían en un par de minutos, siempre lo hacían. 
Mientras me di la vuelta en la esquina hacia la cocina, choqué con un chico que no conocía. Era quizás un poco mayor que yo, probablemente de la edad de Colton y era realmente apuesto. Tenía cabello castaño alborotado. Sonrió y sostuvo mi cintura tratando de estabilizarme mientras lo miraba. Inmediatamente di un respingo dado que él estaba tocándome, pero no demasiado fuerte porque los tragos habían adormecido parte de mi cerebro.

—Bien, hola—ronroneó con una voz sexy.

—Hola—sonreí. Ya había quitado sus manos de mi cintura, así que di un paso atrás para recuperar un poco de espacio personal.

—Soy Trent—sonrió, y cuando lo hizo me di cuenta que se formaban unos hoyuelos realmente lindos.

— (TN)—contesté sin apartar la mirada de su rostro. Era realmente guapo. No lo reconocía de la universidad. — ¿Vas a Penn State?—pregunté curiosa de por qué nadie lo conocía si estaba en la fiesta.

Sacudió su cabeza y sonrió.

—No. En realidad estoy buscando a mi hermanastra, pero no puedo encontrarla.

— ¿Ah, sí? ¿Quién es tu hermana?—pregunté frunciendo el entrecejo; puedo decirte que alguien tiene como hermano a alguien ardiente.

—Leona Sanders—afirmó. No pude evitar la reacción natural de mi cuerpo. Arrugué un poco la nariz, lo cual lo hizo reír. —No eres una gran fanática, ¿no?—preguntó, todavía riendo.

—Oh... eh... Lo siento—balbuceé, mirándolo en tono de disculpa y sonrojándome como loca. ¡No puedo creer que le hice esa cara a su hermana! ¡Qué idiota!

—No te preocupes por eso. Sé que puede llegar a ser muy molesta.

—Entonces, ¿quieres que te ayude a encontrarla?—le ofrecí, mirando alrededor de la cocina buscándola. Nop, no está aquí. 

—Nah, ya aparecerá. ¿Qué tal si en vez de eso nos tomamos un trago?—sugirió, asintiendo hacia el mostrador de las bebidas.

—Si, seguro—Sonreí mientras él agarraba dos vasos y una botella de vodka.

Nos tomamos un par de tragos de eso hasta que me di cuenta que estaba realmente borracha. Me apoyé sobre él pesadamente mientras charlábamos y reíamos sobre cosas al azar que realmente no parecían tener sentido para mí. De repente, me presionó contra el mostrador de la cocina y presionó su cuerpo contra el mío. El pánico familiar comenzó a levantarse mientras mi corazón se aceleraba, él acercaba su cabeza lentamente hacia la mía. Sentí mi boca secarse. Santa mierda. ¡Iba a besarme! ¿Quería eso? ¿Qué pasaría si ponía sus manos sobre mí o algo? Mi mente estaba girando de un pensamiento a otro tan rápido que no podía seguirles el ritmo.

Di un grito ahogado y retiré mi cabeza para atrás, golpeándome con el gabinete detrás de mí lo suficientemente fuerte como para hacer que mis ojos se llenaran de lágrimas. Él negó con la cabeza, mirándome un poco desconcertado y luego chocó sus labios contra los míos. Gemí y empujé su pecho, tratando de alejarlo de mí, pero sus manos estaban sujetando la parte de atrás de mi cuello sosteniéndome en el lugar mientras lo sentía lamiendo mi labio inferior. Apreté la boca tan cerrada como pude, pero él no se movió. Empecé a volverme loca, literalmente podía sentir el ataque de pánico tomando lugar mientras mi corazón se estrellaba en mis oídos.

La siguiente cosa que sé, es que se ha alejado. Levanté la mirada, desconcertada, para ver a Eric recargado sobre la pared, su brazo cruzando sobre su garganta. Se veía tan enojado, que realmente comencé a sentir pena por el chico, quién ahora estaba empezando a cambiar de tono a un rojo de no ser capaz de respirar.

— ¡No la toques, maldita sea! ¿Crees que puedes simplemente entrar como si tal cosa y darle un beso a pesar que ella no quería?—gruñó Eric con enojo.

Eric Secharia - Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora