Capitulo 8

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Unos lengüetazos me despiertan. Peti, nuestro huskie está encima mía intentando que despierte. Al ver que no respondía, se acerca a mis pies y los empieza a lamer. Me empiezo a reír y cojo a Peti en mis brazos. Aún es un cachorro y puedo con su peso, pero me temo que en un par de años él me llevará a mí.
-¡Ey Peti! Ven aquí chico-digo llamándole y convenciéndole de que no muerda mis vans blancas.- Voy a darte un paseo. Cogeré mi skate.
El perro soltó un aullido de tristeza. Al parecer solo quería que estuviese atento de él.
-Bueno... Tal vez podríamos ir los dos montados si quieres...
Peti corrió hacia mí y se tiró encima chupándome otra vez la cara haciendo que rompiera a carcajadas.
-Esta bien chico, me ducho y salimos. Dile a Lili que te de tu correa y te la vaya poniendo.
Peti bajó sus orejas en modo de protesta pero fue en busca de su collar.
Al terminar de la ducha, Peti esperaba con la correa en su boca y la cola meneando de un lado para el otro con ánimo.
Nos dirigimos al pequeño parque donde espié a mi hermana aquella vez. Al lado había un gran arenero para perros. Este incluía obstáculos y pruebas, pero hasta ahora no había visto a ningún perro que los hiciese caso.
Peti me pidió que le quitase la correa en cuanto se bajó del skate y corrió hacia las instalaciones.
Tras observarle mucho rato decidí practicar. Un par de chicas que estaban por allí me observaron riéndose y cuchicheando entre sí.
Al notar que las había visto, se acercaron y me empezaron a hablar.
-Mari me ha dicho que te diga que eres muy guapo-suelta la rubia sin vergüenza. La amiga morena se reía sin parar. No entendía que hacía tanta gracia. Me quedé pasmado, esbocé una sonrisa y seguí con mi skate.
Al momento, la chica morena que se había reído tanto se acerca otra vez.
-Lo siento... Es un poco bocazas...-dice ruborizándose.- ¿El huskie de 2 meses es tuyo?
-Vaya...¿Cómo sabías su edad?-digo perplejo y dudando la respuesta un poco.-Se llama Peti y si, tiene 2 meses.
-¡Oh! ¡Qué monada!-grita de repente haciendo que me sobresaltase.- Sus ojos son de un color diferente entre sí... Y parece ser que la actividad le gusta mucho.
Los dos miramos a mi cachorro y pudimos ver que se estaba recorriendo el circuito una vez más.

Nada más despedirme, llamé a Peti y volvimos a casa. Hoy a pesar de ser lunes aquí había puente y no me tocaba trabajar.
Pasamos en frente de la playa y mi perro empezó a ladrar mirando hacia el mar.
-Ey Peti ¿qué te pasa? Solo es agua...
Se me ocurrió una idea brillante. Aunque podría ser no muy brillante si no sabía nadar.
Me descalcé y me quité la camiseta.
-Vamos. ¡A nadar!
Desde el agua vi como Peti dudaba al principio pero se lanzó al instante hacia mí.
Subí a mi habitación y molido me tiré en la cama. Unos mensajes me llegaron interrumpiendo mi sueño.
Fred: Ey James. A las 5 donde siempre.
Lili: Hermanito querido... Ven a mi cuarto ya.
Bloqueé la pantalla y me volví a dormir.
A la hora, mi hermana entró a despertarme.
-¡¿Qué le has hecho a Peti-flus?! Está agotado. Y esta noche no querrá salir a pasear conmigo-dice Lili histérica.
-¿Peti-Flus? Solo hemos ido a la playa y al parque.
Refunfuñando me visto, cojo mis vans grises y el skate.
Al llegar con mis amigos, Mark y George me abrazan a la vez pegándome un calambrazo.
Esperamos a Lucas impacientemente y cuando se digna a aparecer nos vamos a un lugar tranquilo.
-Eres horrible James-me susurra al oído el hermano de Margaret.-Que sepas que esto lo hago por mi hermana.
Me lanza una mirada asesina y se separa de mi. Hacemos una pequeña reunión y le informamos de todo lo que sabemos incluidos los mensajes cifrados.

Llevábamos así dos horas y después de mucho recordar, Lucas exclamó que deberíamos ir a su casa. Los gemelos y Fran se quejaron ante esto, pero una mirada fugaz de Fred bastó para que se calmaran.

El chalet de Marga y Lucas era inmenso. Había una valla blanca que impedía ver parte de la casa. Esta estaba rodeada de césped, árboles y arbustos.
Entramos por una puerta grande de hierro y una señora nos recibió amablemente.
-Señorito Lucas, ¿le traigo algo de merendar?
-No, gracias. Te llamaré si necesito algo más tarde. Descansa un rato.
Subimos a la primera planta por unas escaleras de caracol echas de cristal. El hall era también impresionante y del techo caía una gran lámpara de araña.
Solo había 4 salas a pesar de haber mucho espacio. Entramos en la de Margaret y lo primero que vimos fue un montón de pósters tapando la pared.
Nos fijamos también que todo estaba muy organizado; para ser exactos, ordenados de la A a la Z.
Luis se sentó en la cama y dejó que investigásemos todo. Mark abrió el armario y encontró un montón de cajones con ropa y objetos. Empezó a sacar la ropa interior embobado y enseñándoselo a su hermano gemelo.
-Mira, para tu cabeza George-dice tirándole unas bragas pequeñas.
-¡Basta ya! -grita Fred.- Hemos venido a buscar pistas. Si queréis, id al jardín con Fran, pero callaos.
Después de un rato largo, Álvaro encontró una cataba de debajo de la tarima y Megan un par de revistas detrás de la mesilla de noche, pero ninguna señal de dónde podría estar Margaret.
-¡Luis ya estoy en casa!- grita una señora desde el piso de abajo.
Merendamos todos en el salón en un silencio incómodo. La madre nos preparó unas galletas riquísimas con pepitas de chocolate y más tarde nos invitó a cenar.
Me acerqué a ella que estaba en la cocina preparando la comida y la enseñé el papel donde escribí la palabra de mi sueño.
-¿Podrías reconocer esto?
-El que ha secuestrado a mi hija, ¿verdad?- dice apenada.- Nunca había visto este lenguaje hasta que encontré la nota en la cama de Margaret.
Busqué a la criada y pregunté lo mismo. Algo debía haber...
-No, señorito. Lo siento. Normalmente no suelo entrar a la habitación de Margaret porque no me lo permite pero una vez su madre me obligó. Estaba todo ordenadísimo pero el armario por algún motivo no. Es decir, todo está colocado en sus cajones pero estos están desordenados.
Subí corriendo a la habitación de nuevo y abrí las puertas de su armario.
Me fijé en el primer cajón; toda la ropa empezaba por la letra A pero al fondo de este estaba la letra E. Mire el resto y en cada uno había una letra distinta.
Llamé a mis amigos que preocupados entraron en la sala.
-¿Has encontrado algo?-dice Tom.
Les expliqué la conversación entre la criada y yo y también mi hallazgo de las letras misteriosas en los cajones. Sam cogió el papel donde ponía la palabra Barijru y se puso a traducirlo.
-Peligro...- dice al momento.
Todos se miraron y por primera vez se asustaron.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2017 ⏰

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