Que durara siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.
¿Chloé Bourgeois rindiéndose?
Todas las personas tenemos sentimientos, por más crueles que sean, llega a doler en lo más profundo de nuestro ser.
Pero la vida nos dará una oportunida...
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¿Cómo fue que sucedió todo eso?, hace dos semanas que no había hablado con Marin porque estaba con Nathaly, claro que ella estaba enfadada por eso, pero no podía decir nada acerca de ello, ella solo era una amiga más, pero que después de ese tiempo él llegara personalmente a su hogar y que ella estuviera sumamente feliz por eso la enfadaba aún más, no solo por eso, sino porque su llegada fue para informarle que dentro de dos meses se iba a casar, ¿cómo es posible que sea tan rápido? ¿Acaso esos dos estaban desesperados o algo parecido?
Ella tenía en claro sus sentimientos hacia el muchacho, Alya fue una de las primeras en enterarse, después estaba su rubio amigo, después de todo ese modelito seguía siendo su amigo, no podía odiarlo ni nada por el estilo, incluso Sabrina que estaba lejos estaba al tanto de su amor por el azabache, pero ese idiota era el único que no lo sabía, ¿es que era tan ciego?, se le había confesado una vez cuándo apenas sus sentimientos estaban naciendo, la respuesta del muchacho le causo gracia.
"—tú también me gustas Chloé, ¿Cómo amigos verdad?.—"
En verdad que quería golpearlo en ese instante. Pero se contuvo lo suficiente para no romperse a llorar y asintiendo a la pregunta del Ojiazul.
¿Acaso ella no podía ser feliz?, ¿acaso la vida le estaba cobrando todo lo malo que hizo?
—Chloé, ¿éstas bien?.— preguntó la primera amiga de la rubia a través del celular que tenia.— te pregunte como estaba Marin y no me respondiste, ¿sucede algo?.
—No, solo me sorprende que preguntes por él.— mintió, en realidad si sucedían muchas cosas.
—bueno, si, pero quiero saber si tienen una relación, soy tu amiga Chloé, ya casi ni me llamas, y solo quiero que seas feliz.—
La rubia soltó un suspiro y se atrevió a decirle a la pelinaranja lo que sucedía.
—No estamos saliendo, y él pronto se casara.— se escucho un suave "lo siento" por parte de la chica de cabello corto, y como se despedían, la rubia corto la llamada y decidió por irse a dar un baño.
Necesitaba relajarse y afrontar los hechos que estaban sucediendo.
(...)
La pareja de novios empezaba sus preparativos para la boda, no querían algo grande, querían que fuera en un ambiente familiar.
A cada lugar que iban, ellos estaban juntos, no se separaban por nada, Marin al fin lo comprendió, estaba enamorado, y no de cualquier chica, estaba enamorado de Nathaly.
—¿Que te parecen las rosas azules?, son raras de encontrar y son hermosas.— comentó la pelirroja observando cada ramo de rosas que veía.
—Me parece bien, yo solo usare una.— hablo riendo el azabache tomando la mano de su prometida y entrelazandolas en el acto.
—No se porque estoy aquí si termino sobrando.— susurró la rubia para ella misma.
—Porque te gusta Marin y querías saber si de verdad estaban ellos dos enamorados.— la rubia soltó un bufido y se cruzo de brazos, Alya tenía razón, solo quería saber si de verdad ese par se iba a casar.
