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Aún no dejaba de llover.

Las gotas chocando con fuerza en su ventana no lo dejaron dormir del todo bien, ya que prefería el silencio total para conseguir el sueño.

Su rutina de la mañana no cambio mucho; desayunar lo que su madre le colocaba en la mesa, escuchar a su hermana mayor parlotear sobre algún chico lindo que conoció en su universidad, jugar unos minutos con su perro antes emprender su camino al instinto.

Lo mismo de siempre.

No olvides llevar paraguas cariño, no quiero que vengas a casa chorreando agua como ayer.– Taeyong pensó que un simple "Cuídate hijo" hubiera sido suficiente de su algo exagerada madre.

Camino a paso lento hacia la parada de autobuses, no tenía prisa. Su reproductor de música se encontraba en modo aleatorio y el volumen bastante alto. Su rutina diaria seguía igual que siempre, a excepción que ese día uno de sus brazos sostenía un paraguas para evitar mojarse con la lluvia. El autobús no tardó mucho en llegar y en cuestión de 5 canciones, ya se encontraba frente a su instituto.

La edificación era bastante grande y amplia, cualquier estudiante de nuevo ingreso o persona no familiar con el instituto podría perderse a los segundos de entrar. Incluso habían varios salones vacíos, destinados a ser salones de estudios que los estudiantes ya no utilizan.

Apenas puso un pie dentro el recinto, la voz chillona de Yuta venía cantoneando mientras corría a abrazar a su amigo.

Taeyongie~ ¡Te extrañe mucho! ¿Por qué no me escribiste anoche?– dijo Yuta fingiendo un divertido puchero. La conducta extraña de Yuta ya no sorprende a las personas que conocen como es el japonés.

¿Qué crees que estás haciendo?

–¿Dándote amor? Deja de hacerte el difícil y acepta mi cariño.– dijo el japonés mientras se restregaba más fuerte a su amigo.

–Tienes 2 segundos para alejarte y ya van 5.

Yuta lo soltó como si su amigo cargara con alguna enfermedad infecciosa.

Siempre de amargado, así terminarás de espantar no sólo a cada chica a tu alrededor, si no a cada ser viviente. Hasta las plantas te tienen miedo.

–No le veo el problema a eso.

Yuta se estaba rindiendo con su mejor amigo. Ambos se encontraban camino a su salón de clases, mientras Yuta sentía que algo se le estaba olvidando.

Oye, ¿Hay tarea para hoy?– Pregunto esperando un "No" por respuesta, pero el no tenía tanta suerte en esta vida.

–Sí.

Los ojos del japonés parecían apunto de salirse de su rostro.

¡Mierda siempre lo olvido! ¡Tae! ¿Me prestas la tuya?

–¿Por que debería hacer eso?

–¡Pues porque soy tu amigo y estoy desesperado! El maestro Kwon dijo que si no entregaba la tarea una vez más, ¡Iba a llamar a mis padres!– Yuta estaba apunto de arrodillarse para rogarle a Taeyong, lo ultimo que necesitaba era que llamaran a su madre a Japón y esa mujer venga a Corea solo a gritarle y jalearle de la oreja. Su madre enojada significaba peligro.

bad reputation➳ l. taeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora