Despierto, otra vez, la misma vista de todos los dias; paredes feas, cobijas incómodas, cama más dura que la comida del comedor y esas ganas de salir de aquí.
No es el primer dia que estoy aquí, pero es la primera vez que redacto mi horrible rutina, soy Sebastian, tengo 18 años y me encerraron aqui por indicios suicidas además de homosexualidad, No si, se que estamos en pleno siglo XXI pero de el lugar de donde yo vengo aún no saben lo que significan esas palabras.
Son las 7 de la mañana, lo único bueno de tan asqueroso lugar es que puedo levantarme a la hora que me plazca, pero eso sí, los comedores de la hora del desayuno dejan de servir a las 10:00 am.
Se que se pueden preguntar ¿De dónde nos narras tu historia Sebastian? ¿Por que comedores? ¿Camas incómodas?. Muy bien comencemos por el principio claramente, antes de llegar a lo que yo llamo EL LÍMITE.
Invierno del 15 de Enero del 2015, tenia en ese entonces 16 años, justamente ese era el día de mi cumpleaños, pensé que sería un día mejor dentro de mi miserablemente vida.
Pero en primer lugar ni mis propios padres saben de mi existencia, están siempre tan ocupados en ellos que se olvidan de mi, haciéndome llamar "su hijo".
Todos saben sobre mi orientación sexual, por ello el rechazo hacia mi en este asqueroso lugar sin actualización, pero había alguien que alegraba mis días, día con día ansiaba llegar a mi salón de clases y ver sus ojos tan claros, su manera de vestir, sus labios perfectos, el era perfecto, lástima que fue el último día que lo vi.
Llegando a mi casa después de aquella jornada de escuela sin nada nuevo, a las 6:00 de la tarde exactamente, tome la decisión de acabar con mi vida, si, no existir más, tenía todo planeado, tenía el pomo de pastillas, en mi mano coloque una cantidad aproximada de 10 de ellas, las puse en mi boca y las trague con ayuda de agua.
