Capítulo 10:
Me fui corriendo hasta mi habitación, por más que fuesen inocentes, los comentarios de Harry me habían dolido. Sé que quizás había parecido un tanto delicada, pero las vacaciones, para mí, eran crueles días. Cuando estaba en el colegio, estaba distraída por las tareas y se supone que no me daba cuenta de que estaba sola, sin amigos, y ahora más que mi mamá no me acompañaba. Pero en los días que estábamos libres, me daba cuenta de lo sola que estaba. Que no tenía con quien hablar, a quien llamar o simplemente quien me acompañase a divertirme algunas veces. Que Harry me enfrentara y me dijera: '¿Que no tienes vida social?' y luego se burlase de quien considero mi mejor amiga, me dejó fuera de mí.
-¿Que pasa _____? –me gritó Susan al verme pasar hacia mi habitación corriendo pero no pude seguirme, poco después escuche como detuvo a otra persona que venía corriendo detrás de mí.
Pasé una hora del día acostada en mi cama viendo el techo, hacía unos minutos le había prometido a Susan no sufrir por otras personas, permitirme ser feliz, y ahora estaba prácticamente deprimida en mi cama pensando en que Harry, su nieto, se había burlado de mi poca vida social. Aunque yo dentro de mí intentaba hacerme sentir mejor, explicándome que tanto mi padre me prohibía salir con otras personas, como que siempre me mandaba lejos de casa cuando eran vacaciones, no lograba convencerme de que tenía una excusa para no tener amigos de mi edad. Es que era verdad, era Susan, Cory ¿cuántos más podía considerar como mis amigos?
-¿Puedo hablar contigo? –dijo una voz dulce y varonil detrás de mí.
-¿De qué? –respondí seria, evitando que notara en mi voz que había llorado.
-De ti, de lo que pasó hace unos segundos. ¿Puedo pasar _____? –yo voltié a mirarlo y asentí–. Sé que no soy el indicado, pero, lamento eso.
-No fue tu culpa, fue la de tu amigo –dije un poco molesta–. No fue tu culpa Jason.
-Se que no lo fue, pero es que ninguno de los dos sabía nada –dijo apenado–, no culpes a Susan por contarnos, teníamos que entender todo, más si vamos a ser tus amigos de ahora en adelante –sonrió tomando mi mano.
-No necesito amigos por lastima –solté su mano bruscamente–. No los necesito.
-No somos amigos por lastima –susurró lo ultimo–, siempre han sido nuestras intenciones amigarnos contigo, pero solo que Harry no quiso herirte así.
-¿Y donde está él para decírmelo?
-Está afuera hablando con su abuela. Yo sabía que necesitabas a alguien lo más pronto posible, da tiempo que terminen de hablar y que se pase su verguenza y vendrá a disculparse –sonrió seguro.
-Gracias –lo abracé como pude, pues los dos estábamos sentados a la misma altura.
-De nada –acaricio mi cabello.
-¿Puedo decirte que tienes unos ojos hermosos? –sonreí tímida.
-¿En serio? Entonces te gustan los ojos de Zack–dijo serio.
-Si, en realidad si me llamaron la atención también.
-¿Que hace el aquí _____?
-No sé, si fuese por mí, ya se hubiese ido.
-¿Y por que no se va?
-Preguntale a mi ausente padre –suspiré y me acomodé en la cama–. No se que hace aquí, no lo quiero aquí, pero... esta aquí.
-Pero no dejaremos que se acerque a ti. Este chico no es de una buena educación, lo conocimos en el colegio, es hijo del Prefecto, pero definitivamente es uno de esos riquitos que creen que dominan el mundo. No como tú –sonrió mientras delicadamente se acercaba a mí. Yo me paré enseguida.
-Sí, gracias –sonreí nerviosa. ¿Buscamos a Harry?
-Si eso quieres –dijo tranquilo–. Entonces vayamos.