Caminamos hacia el centro, y me sorprendo de ver la cantidad de personas que se encuentran a esta hora de la noche en la calle.
Son la una de la madrugada, y hasta ahora hemos hecho un montón de cosas que nunca me llegué a imaginar hacer.No he tenido tiempo de pensar si me encuentro cansada o no, ya que nos hemos mantenido ocupados desde que salimos del club.
Sonrío mientras observo los grupos musicales hacer su espectáculo. Personas retratándose en un lienzo. Chicos bailando para llamar la atención.
Esta es la ciudad que no conocía, es como una ciudad paralela a la que estaba acostumbrada.—Ven, vamos a hacernos una caricatura.
Me jala del brazo guiándome hacia un pequeño banco de dos personas en donde nos hace sentarnos. Paga al señor que nos va a retratar.
De repente siento como planta un beso en mi mejilla, siento como poco a poco me voy sonrojando.—Posa, no queremos que salgas fea en el dibujo —susurra, volteo momentáneamente la cara para verlo y lo encuentro demasiado cerca. Sonrío haciendo que el también lo haga.
Devuelvo la mirada hacia el señor, y el vuelve a posar sus labios sobre mi mejilla, sonrío achicando los ojos.Unos minutos después el señor nos entrega un pequeño lienzo, y nos paramos sonriendo. Pasa un brazo sobre mis hombros y caminamos observando todo.
—Nunca había estado en el centro a esta hora —anuncio viendo a un grupo de jóvenes bailar.
— ¿En donde vivías?¿En una burbuja? —rio y le doy un pequeño empujón.
—Es solo que estuve enfocada en otras... cosas.
—Eres muy misteriosa ¿Lo sabias? —volteo a verlo y le sonrío.
—Y tu eres muy guapo —abro grandemente los ojos. No quise decirlo en voz alta, solo lo pensé.
El ríe ante mi reacción, y ya me encuentro sonrojada.—Gracias, tu eres muy hermosa.
—Ya lo habías dicho.
No se en que momento dejamos de caminar, pero él aun con su brazos sobre mis hombros va acercando su rostro hacia el mio.
—Lo digo en serio —susurra. Su boca esta a escasos centímetros de la mía. Intercambio la mirada entre sus labios y sus ojos.
Si dejo que me bese no va a haber marcha atrás.
¿Como me puede estar pasando esto ahorita? ¿Por qué no pude conocerlo antes? Es tan injusto, conozco a alguien que me hace sentir diferente, y tengo que renunciar a él por el simple hecho de que voy a morir. No quiero que mas nadie sufra por mi culpa.
Ruedo la cara haciendo que sus labios den de lleno en mi mejilla. Cierro los ojos y lo oigo suspirar, recarga su frente de mi sien.
Segundos después se separa de mi sonriendo.—Una médium, ¿Vamos?
—No creo mucho en esas cosas —comento renuente a ir a un lugar en donde me dirán lo que ya se.
—Vamos —me empuja haciéndome caminar —, no tienes nada que perder —tienes razón, ya no hay nada que perder.
Entramos al pequeño local esotérico, y es justo como en las películas. La tenue luz me dificulta ver bien todo, pero me dejo guiar por Anzel.
Me siento al lado de él en una mesa, y segundos después sale detrás de una cortina una señora mayor sonriendo.—Bienvenidos, ¿Que los trae por el hogar de Madame Saphiro?
—Quiero que nos lea la mano —responde Anzel sonriendo.
YOU ARE READING
Sin mirar atrás
Short Story"Cuando la muerte oscurece nuestros días, el amor llega para alumbrar todo a nuestro alrededor".