Cuarenta y nueve

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Tom recordando la noche anterior...

Liz había bebido demasiado y casi no podía sostenerse en pie. Traté de cargarla pero no me lo permitía. Decía que yo no era lo que ella esperaba y que estaba arruinando su paseo.
Luego de eso quiso irse sola pero no se lo permití. La seguí por los pasillos cuidando que no cayera y subimos al ascensor. Dentro de el marque inmediatamente el piso 28. Sentía como la aceleración revolvía un poco mi estómago y no quise ni siquiera pensar como se sentiría ella.

De pronto sentí un estrepitoso ruido y ví como una mezcla de alcohol y aceitunas salía de la boca de Liz.
Sujeté su pelo y cuando acabó, ya estábamos en nuestro piso. La cargue obligada y entramos a la habitación. Le saque los zapatos y la metí en la cama. La tape y sin darme cuenta estaba depositando un beso en su cabeza. Parecía una ángel.

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