Cuarenta y dos

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Liz

Tom entró de repente y justo había subido el cierre de mi vestido.
Tom quedó mirándome y a mí me molestaba. Tomé mi cartera y le dije que iba a las máquinas de juego a perder dinero.
-Te traje algo. Quiero disculparme contigo- dijo con un tono suave y despacio.
Saco detrás de su espalda un oso de peluche y tendió su mano para dármelo.
¿Es posible que lo odie pero que a la vez lo mire por segunda vez y me encante?

Un amor de Lotería♥️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora