COMO ALMAS GEMELAS NP2 #WATTYS2018

CAPITULO 1: FROY SALVATORE

-Señores pasajeros, nos encontramos próximos a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Los Ángeles, en la ciudad de Los Ángeles. Por favor abrocharse los cinturones, enderezar sus mesas y poner en posición vertical los espaldares de sus sillas. Por favor permanezcan sentados hasta que los avisos se hayan apagado. Para Aerolíneas Micafe ha sido un placer tenerlos a bordo. Esperamos volver a contar con su presencia en un futuro próximo.

A los pasajeros que tienen conexiones con otros vuelos, diríjanse a nuestras oficinas en el aeropuerto. Los que tengan tiquete de regreso, por favor reconfírmelos en nuestras oficinas del centro o del aeropuerto. – escuchaba a la azafata mientras miraba por la ventana del avión la oscuridad que yacía al otro lado.

No sé por qué, pero mi corazón parecía que dentro de poco se iba a salir. Regresar a LA, luego de tantos años, me ponía ansiosa y realmente nerviosa. No sabía que era a lo que me atenía, ni que iba a pasar con mi vida aquí, regresar a la significaba volver al pasado, aquel pasado que por muchos años no me dejo dormir, ni tener una vida tranquila.

Con la muerte de terence y el que Cameron esté en prisión puedo decir que me siento cada vez más tranquila, aun así el hecho que Francisco siga por las calles, me aterra. Nose sé si el esté ideando un plan para seguirme, y acabar el trabajo que dejó inconcluso.

Por otro lado, el saber que vería a mi familia, y mis amigos luego de tantos años me emocionaba mucho, ya había pasado tiempo desde que me habían ido a visitar a Alaska, y ya lo extrañaba.

Una parte de mi quería ver a Arin, pero sabía que eso no iba a suceder, Chuck me había confirmado que él no tenía planes de volver, al menos no por ahora.

-¿Estás lista? – escuché al rubio decir a mi lado, me giré para observarlo. Él era realmente guapo, Froy Salvatore, era un chico alto, de tez blanca, sus ojos eran celestes muy claros, sus cejas y pestañas eran casi perfectas, una mujer nunca podría tenerlas como él las tiene, sus pecas alrededor de su nariz lo hacían lucir sexi y dulce a la vez, sus labios son rosados y carnosos, todo en él era perfecto, él era perfecto.

El eran el chico que todas querían tener, era caballeroso, tierno, dulce, romántico, comprensivo, amable y muchas otras cualidades que lo hacen parecer la pareja ideal.

A pesar, que él y yo lo habíamos intentado, lamentablemente no funcionó y decidimos quedar como amigos, él había estudiado conmigo en la secundaria y la universidad, y no queríamos romper la amistad que habíamos tenido por tantos años.

-No lose Froy, estoy nerviosa –le respondí casi en susurro, al escuchar mi voz, sabía que nerviosa era poco para lo que estaba ahora.

El me sonrió y entrelazó nuestros dedos, apretando y jugando con mi pulgar en signo de apoyo, de cierta forma no me sentía cómoda, esto era algo que Arin siempre lo hacía para mí, y el hecho que el haga esto, me hacía recordarlo.

Ustedes me dirán que ya había pasado mucho tiempo y que era hora de dejarlo, sin embargo no podía, al menos no hasta que dejemos claras las cosas. No habíamos terminado bien y admito que fue mi culpa, fue un error que todavía no me perdono.

-Tranquila, estoy contigo –apretó nuestros dedos –Ahora, ¿Tú crees que tu papá se enoje si me quedo en tu casa unas noches? –me preguntó inocente.

-¿Y tú casa gigante y muy bien decorada? –me burlé.

-Ni me lo recuerdes –me dio un golpe suave en mi hombro –La señora que me la vendería al final se arrepintió y tengo que empezar a buscar otra.

-Pero consigue un departamento pequeño, suelen ser muy bonitos –me alcé de hombros.

-No puedo, papá me rastreará y si sabe que no estoy viviendo como él me dijo me va a regresar – suspiró estresado, recostando su cabeza en el respaldar del asiento y cerrando sus ojos.