CAPITULO 7: ES AMOR (ESPECIAL/NARRA ARIN)

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Luego de ver como Jania se iba muy agarrada al brazo del imbécil de Salvatore, me largué a mi oficina dando grandes zancadas y azotando la puerta al entrar, necesitaba acabar con todos los documentos que mi padre me había pedido que verificara y olvidarme de lo que había acabado hace unos minutos.

Luego que Jania se había ido llorando de mi oficina por la forma en la que la había tratado me había sentido como el hombre más bajo de todos, incluso quería correr hacia ella, abrazarla y no soltarla nunca, necesitaba besarla, tocarla y arrancarle la ropa, cargaba esa falda que le hacía resaltar hasta el paraíso y esa blusa ¡Dios santo! Necesitaba aire para poder seguirla viendo, hacerle saber que era mía y que ningún hombre podría tocarla, ni siquiera mis hermanos y peor el animal de Salvatore, admito que mi sangre hirvió cuando la vi hablando con el frente a su oficina y mi reacción empeoró cuando vi como ambos entraron a la oficina y cerraron la puerta, todos y cada uno de mis pensamientos de correr hacia ella se habían esfumado en menos de 0.2 segundos.

Cuando escuché el ruido que venía de su oficina creo que mi corazón se paralizó por un segundo, luego salir del trance por el gran ruido, cuando lo noté ya estaba sosteniendo a Salvatore del cuello y las ganas que tenia de golpearlo no se habían esfumado, al contrario, quería matarlo ahí mismo. Nadie podría lastimar a Jania y salir ileso de tal idiotez. Pero gracias a Jania no pude hacerlo porque no me permitió, pero aun así las ganas no se habían ido, gracias a mis celos solo aumentaron.

Me senté en mi escritorio cabreado por lo que había pasado, no podida creer que Jania se había ido con el jodido hijo de puta de Salvatore, no entendía que le ve ella a él, es que él es tan feo, parece que lo hayan creado con mierda a ese idiota.

-Señor, sus hermanos están afuera y quieren verlo – dejé de mirar los papeles en mis manos, que ahora que me fijo bien estaban al derecho y no estaba leyendo absolutamente nada.

Debo de alejarme de Jania esa mujercita me vuelve más loco de lo que ya me tiene. Pensé en mi mente.

Me fijé en la bonita secretaria que estaba frente a mi puerta sonriéndome coqueta, traía un vestido color celeste pegado a su figura, los tacos eran más altos que mi mesa, pero aun así le hacían lucir muy bien las piernas ya que el vestido era más alto de lo que podría imaginar, su cabello largo hasta las caderas de color dorado estaba caído en hondas muy bien hecha sobre sus hombros, y para finalizar su rostro, a pesar de ser una secretaria, no cargaba mucho maquillaje, desde mi distancia lo único que podría diferenciar era el color del labial, pero no cargaba ni sombra, ni base, ni nada de lo que tantas mujeres se ponen en la cara para lucir bonita, ella a diferencia de las demás, tenía su rostro completamente limpio y pulcro, sus pecas sobre las mejillas y la nariz la hacían parecer tierna y delicada. Era una chica muy guapa. Pero no era Jania. Mi Jania.

-¿Cuántos hay disculpa?-pregunté estresado, no estaba de buen humor y la visita de mis hermanos no sería el mejor consuelo.

-Hay 4 señor- habló suave.

Genial.

Estaban todos mis hermanos aquí, suspiré frustrado y miré hacia el cielo.

-Me dijeron que si usted no podía entenderlos, que no se preocupe que ellos visitarían a la señorita Jania- volvió a hablar la secretaria linda.

JÁ, pues que esperen sentados, porque al parecer la señorita no se presentará en un buen rato por estar con su nuevo amado.

Pensar en eso me hace poner los pelos de punta.

No te martirices más Arin, déjate de ridiculeces.

-No tranquila-le sonreí –Dígales que pasen que ya me desocupé –le hablé tranquilo.

COMO ALMAS GEMELAS NP2  #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora