Ella era...

Ella era....Mía...

Ahora tiene piel de sombra, sus ojos no se abren y su cabello ya no brilla. Sus labios, resecos, sombríos, frios como el hielo y asperos como la arena de la playa. Nada en ella es como antes, nisiquiera su ultimo susto, su ultimo grito. Nisiquiera su perfume, ese olor a rosas blancas tambien se desvaneció como ella. Ese olor qué me quema por dentro, ella vino una vez a mi departamento, charlamos y jugamos. Eran las ocho de la noche cuando eso.
Ella golpeo mi puerta tres veces y yo fui a abrirla. Vi su figura y sonreí. Ella siempre tan perfecta, su rostro manchado de alegria y los ojos reflejando su inocencia. Hablamos sentadas en mi sofa, pedimos pizza y lloramos al ver una película de amor. Ella derramaba pequeñas lagrimas y soltaba risitas luego de verme a mi en su misma situación. Nos tomamos unas fotos cuando la pelicula término, mi preferida fue una donde ella miraba de lado y sonreia, yo asia el jesto de amor y paz con mi dedo indice y mi dedo del medio, la foto la saco ella, tal vez sea por eso qué me gustó tanto, y tal vez sea por eso qué la tengo como fondo de pantalla y tal vez el hecho de qué ella ya no este a mi lado, sea el porqué ya no agarro mi teléfono, no quiero ver su rostro de nuevo, no después de el daño irreversible qué le ise.
Luego me dio el telefono y yo lo puse en la pequeña mesa qué tenía en frente. Me coloqué de nuevo alado de ella y accidentalmente mi mano cayó sobre la suya, ella no se dio cuenta asta qué acabo la película y la quito rápidamente toda ruborisada. Se veia tan tierna qué yo misma se lo dije, ella solo río nerviosa y tras unos minutos de completo silencio, se retiro. La vi marcharse, su figura sigue en mi mente, su cuerpo grabado en mis pensamientos como un tatuaje, ese cuerpo qué jamas me atreví a tocar, ella era mía y se marcho de mi vida como un soplo en el viento qué me desvía.