Reina

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Aquella vez que nos dimos un beso,

¡en esa historia hay tanto que contar!

Me mostraste con tus labios las pirámides de Egipto,

y en lo profundo de tu boca vi a las ninfas del mar.


En esos tres segundos de pasión amorosa,

conservadora como el prefacio de un huracán,

Elevamos nuestras almas y expandimos la consciencia,

hacia el amor más absoluto de la ley universal.


Esos besos dados con la inocencia de dos niños,

con el piquito de un ave que aprende a volar,

aprendimos que en la vida el corazón no es de concreto,

sino de la ligereza con la que vive el cristal.


¡Cuánto nos unimos en esos tres segundos,

donde hubo en nosotros un cambio espiritual!

Yo me volví tú, y tú fuiste mi alma...

¡Pero qué poderoso es el placer carnal!


Si tuviera todo el oro que decora nuestra tierra,

créeme que sin duda habría de apostar:

no te imaginas cuánto es lo que daría

por empezar a sentirte en lugar de recordar


Hay un pequeño brillo que resalta en tu mirada,

que grita con silencio el pedido de otra vez.

Y así tenga que nacer de nuevo y conquistarte,

buscaré tus besos en el sol de la vejez.

Tristereza - PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora