Estaba tan acostumbrada a experimentar aquellos fuertes dolores de cabeza que inclusive podría decir se había vuelto algo tolerante a ellos. La anemia parecía ser parte de su vida y en algún momento del día quiso llorar desconsolada ante lo miserable que se estaba volviendo en las manos de aquellos retorcidos seres.
No tenía la suficiente fuerza para gritar por ayuda y en sus adentros pensó que quizás era realmente bueno finalmente entregarse a las manos de dios y morir ahogada por su propia sangre en lugar de ser asesinada por aquellos desalmados vampiros. Extendida sobre las blancas baldosas del baño podía sentir como su respiración se volvía cada vez mas irregular mientas el delgado hilo de sangre no dejaba de descender desde su boca hasta teñir su rubio cabello.
Inevitablemente un gemido de agonía escapo de sus labios y ella temió ser escuchada; incluso anteriormente Ayato no le había permitido encontrar la paz eterna cuando había decidido detener a Cordelia. No sabia que pasaba por sus mentes pero e estaba claro que ellos no le dejarían ir tan fácilmente, sin importar lo mucho que sufriera.
— ¡Oe! — Aquel grito hizo que sus oídos retumbaran y que su cabeza doliese. Intento enfocar su borrosa mirada hasta notar al menos de los Sakamaki correr en su auxilio. Ella suponía que el olor de su sangre había llegado finalmente a todos ellos, y Subaru solía ser quien mas estaba al pendiente de su estado; incluso sino lo aparentaba.
Pronto se vio envuelta en la calidez de sus fuertes brazos mientras este corría hacia el laboratorio de Reiji. Le costaba mantener sus ojos abiertos y se dijo que no era necesario luchar contra el agotamientos, pues si finalmente partía ella podía decir que había encontrado la verdadera felicidad tras tanto tiempo de tortura y sufrimiento.
Vagamente escuchaba los gritos de Ayato y las ordenes contundentes y fría de Reiji. Extraño sentir los brazos de Subaru envolverle al pensar que probablemente sería la ultima vez que le vería, pero al menos podría morir coña que recuerdo en su mente.
[...]
La vida de Yui se estaba apagando poco a poco como la delicada llama de una pequeña y débil vela a merced de una devastadora tormenta. Su corazón latía tortuosamente lento y los vampiros a su alrededor fácilmente podían notar esto. Ella estaba muriendo y no había mucho que pudiesen hacer para remediarlo.
━ Son tan ineptos. Ella esta muriendo.
━ Ellos creen que pueden salvarla, como la ultima vez.
Posiblemente esto no estaría pasando si aquel orgulloso hombre hubiese cedido a entregarles a aquella valiosa jovencita.
El corazón de Yui poco a poco dejaba de latir. Su piel se tornaba cada vez mas pálida y fría mientras Ayato sostenía fuertemente su mano gritando que ella no podía morir y abandonarle sin el no se lo permitía. Una humana como ella no podía abandonar a su todo poderoso amo; ella no debía morir.
━ Efectivamente, no debe morir.
━ Eso arruinaría nuestros planes.
━ Solo por esta vez...
━ ... La salvaremos.
Una mano entre la oscuridad movió una pieza de ajedrez.
[...]
Con una gran bocanada de aire el pecho de Yui se elevo mientras sus ojos de abrían de golpe. Desesperadamente la pequeña humana tomaba aire mientras sentía todo su cuerpo cubierto de una fina capa de sudor temblar.
— Estas viva.

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Piezas → Yui Komori
Fanfiction"Incluso ellos no eran más que miserables piezas de un retorcido juego. El destino estaba claro, sin embargo el curso de la partida era bastante entretenido." #ClanKomori