[Introducción]

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Su postura era una sumamente orgullosa que demostraba lo superior y todo poderoso que se sentía. Con una sonrisa relajada y confiada se atrevía a mostrar arrogancia y desden hacia las personas sentadas frente a el, ocultas entre las penumbras de aquella lúgubre e inmensa habitación.

— ¿Estas seguro... de tu decisión? — La pregunta le hacia sentirse insultado. Como era posible que siquiera se atreviesen a preguntar aquello cuando había tomado una decisión, después de todo sus palabras siempre era absolutas y definitivas. — Podrías arrepentirte — El sonrió mostrando el filo de sus colmillos.

— Esa chica es mía. Tengo grandes planes para ella — Claro que no estaba dispuesto a dar a la protagonista de su muy elaborado plan que había transado bastante tiempo en llevar a cabo. Aquella jovencita era una joya que no estaba dispuesto a perder por unas extrañas y perturbadoras personas que habían decidido era buena idea tenerla para ellos. — No valen lo suficiente para poseerla — No estaba arrepentido de sus palabras.

— Entonces aferraré a ella. Intenta conservarla —

Había rechazado con desbordante egocentrismo a las personas equivocadas y pronto pagaría el presión de su insolencia, no había duda.

Piezas → Yui KomoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora