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Si pudiese decir parte de mi vida en una palabra, sería: Decepción.
¿Por qué? Porque no fui lo que todos esperaban de mí, pero muy tarde comprendí que no le debo explicaciones a la gente, por qué no importa que hagas noventa y nueve cosas buenas, si fallaste una sola vez todos se encargaran de recordártelo incluso tu propia sangre.
Me llamo Pichit Chulanont, y soy de Tailandia ¿Alguna vez has sentido que has defraudado a tus padres? ¿Has sentido esa carga por ser hijo único? ¿Te esfuerzas mucho y nada te sale bien?
Llegué a Tokyo junto con mis padres cuando era solo un bebé, así que puedo suponer que fui muy feliz en ese tiempo, ¿Te das cuenta cómo pasa el tiempo? Aún recuerdo sentarme a lado de mi madre un día de sol y ver juntos las fotografías de nuestra familia, definitivamente eran grandiosos momentos.
<<Momentos que quizá nunca volverán.>>
Cuando cumplí 9 años mis padres me regalaron una cámara, porque según ellos lo primero que dije en vez de "Mamá" fue "Oto" que luego entendieron como "Foto" así que desde pequeño he amado las fotografías o como los chicos de ahora dicen, "Selfie".
Para no aburrirte con mi historia, te diré el comienzo de mi infierno o libertad.
Mis Padres era un contador y mi madre una enfermera y se les complicaba ir por mí a la escuela así que desde muy pequeño lidié con mi "Soledad" que fue muy bien recibida y aceptada con gusto, como si fuésemos amigas de toda la vida.
Estudiaba en una escuela no lejos de casa, y ahí lo vi, un chico bajito-en ese tiempo- cabellos oscuros, ojos algo grandes, color café y para mí fue el niño más bello de mi-porque era mío- mundo y verlo pasar era desarmarme a mí mismo era dejarme inseguro, así que le tomaba fotos en secreto, claro está que mis padres no sabían de aquello ¿Pero no era malo verdad?
-¿Quién era ese chico?-pregunto Seung curioso-
-Paciencia querido -reí-
Yo era muy feliz Seung, tenía a mi familia conmigo y vivíamos bien, no con mucho ni con poco, en mi cumpleaños número 10 ya tenía la memoria de mi cámara llena-reí- así que guardé unas fotos en la computadora de casa, y claro ahí estaba él, nunca supe que mis padres no toleraban y mucho menos aceptaban otro tipo de relaciones que no fuesen mujer y hombre, así que ese día mi Padre quería darme un regalo, quería darme un álbum de fotos, de nuestra familia, y las encontró, encontró las fotos de ese chico, quizá el no quería creer mi respuesta cuando me pregunto porque tenía esas fotos, era un niño "inocente" así que dije la verdad, y la verdad era que yo amaba a ese niño, y eso fue lo que dije, y eso destruyó a mis Padres.
Ese día huí de casa, al único lugar en el que podía estar seguro era precisamente esa escuela así que me derrumbé en las escaleras y lloré como nunca jamás lo había hecho, ahí conocí a Mari nee, ella se apiado de mi, y conocí a Yuri, Mari me cuido durante un par de horas, y supe que había ganado a una hermana no de sangre, pero mi hermana al fin y al cabo.
Regresé a casa durante la noche con la confianza en las palabras de Mari "<<Todo estará bien pequeño Pichit>>" pero las cosas nunca estuvieron bien después de eso, mi madre nunca me había gritado tanto como ese día, y mi padre nunca me había golpeado como ese día, supe que había defraudado a mis padres con solo ver sus expresiones.
Rompieron mi cámara, borraron esas fotos, pero yo logré salvar una de esas fotos, para no olvidar que el dolor de ser diferente era real, para no olvidar que a veces nuestra familia nos da la espalda.
Mis padres me obligaron a esconder lo que yo era, y claro que obedecí por temor, mi corazón dolía con cada segundo que pasaba, ellos moldearon mi corazón como el alfarero hace con la arcilla, mi corazón se volvió como eso, como arcilla y yo olvidé quien era realmente.
Mis padres me cambiaron de escuela, y no supe más de ese chico misterioso cuyo nombre supe después, no dejé de ver a Mari ni a Yuri, iba a verlos cuando mis padres no estaban así que me hice muy amigo de todos ellos; no hubo día en que no pensara en ese chico.
-Empiezo a ponerme celoso Pichit-dijo acariciando mis nudillos-
-No deberías, cuando te diga quién es me darás la razón-le sonreí y le di un beso rápido en la mejilla-
Los días en casa eran lentos, aburridos, y solos, así que la soledad regresaba a mí como una hermana, claro que mis padres no me dirigían la mirada, y mucho menos la palabra, solo para lo necesario, ¿Llegué a odiarlos? No, por qué ellos son importantes para mí, pero nunca olvidaré cada ofensa, ni cada golpe, <<No les guardo rencor, pero tampoco tengo amnesia.>>
-Entonces ¿los perdonaste?
-Si-dije viendo al cielo-
-Eres fuerte Pichit-dijo acariciando mi cabello- yo no podía hacerlo
-Darle el perdón a tu enemigo es el peor castigo que puedes darle, es la mejor venganza que tu puedes dar-sonreí y lo miré- por eso les perdone
La escuela secundaria no fue mi mejor época, pero fue fácil de sobrellevar, trabajé ese tiempo, para alejarme de ellos, de mis padres, así que cuando termine esos años de escuela busqué un lugar en donde vivir.
Con lo que ahorré me aleje de mis padres y entré a la misma Preparatoria que Yuri, y ahí volví a encontrar a ese chico perfecto, lo vi y me acerqué a él sin que nadie me impidiese estar con él, le hablé y aunque él me ignoró nunca olvidaré la primera vez que su nombre salió de mis labios.
-"<<¿Tu eres Seung Gil Lee cierto? Yo soy Pichit Chulanont, y quiero que seamos amigos-sonreí-
-Su nombre es Seung Gil Lee-dije mientras lo miraba- y desde hace muchos años estoy perdidamente enamorado de él.
<< Y todo el tiempo creí que te encontraría, el tiempo ha traído tu corazón hasta mí, te he querido durante mil años, te querré por otros mil más. >>
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