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(Escena con contenido sexual, depende de ti leerla o no)

La rubia ingresó por la ventana de su mejor amiga, se encontraba ahogándose en sus lágrimas.

-Peaches... ¿que sucede?
-¿Sabes? Nunca le dije a mi madre acerca de París y yo, se que ella y yo terminamos pero tengo miedo, de que ella jamás me acepte a mi. A la verdadera Maya, a la que es bisexual. Tengo miedo de jamás poder ser transparente con la persona que me dio la vida. Sé lo que me dirá si algún día le digo "Mami, soy bisexual." Empezará con un "Solo estás confundida, además esas cosas no existen. Dios te odiará y yo no tengo una hija lesbiana." y terminará en un "Vete de mi casa y no vuelvas hasta que se te aclaren las ideas." ¿Tenes idea de lo que se siente creer que jamás voy a poder ser transparente? ¿Que si me caso con una mujer, me costará el saludo de mi madre?
-Espera, ¿te ves casándote con una mujer?
-Soñé con una vida junto a París, nos casábamos, teníamos hijos, les enseñábamos que era el amor verdadero por el ejemplo que les daríamos, la iríamos a ver a sus recitales pues ella va a ser famosa.

Ríe con nostalgia.

-Estoy perdidamente enamorada de París, quizás deba esperarla hasta que regrese de Francia, pero la vida sigue. Quiero, pero no debe quedarme esperando... si estamos destinadas a estar juntas, nuestros caminos se cruzaran.

Riley miró a Maya y la besó, está se sorprendió pero siguió el beso. Rápidamente metió las manos por debajo de su blusa y empezó a acariciar sus pechos, le sacó la blusa y luego el sostén, la boca de la rubia los recorrió enteros mientras la castaña se dejaba llevar, acariciaba si espalda y soltaba pequeños gemidos. Maya le sacó los shorts y junto con ellos la braga que llevaba la castaña, volvió a subir a su boca, pero sus manos se encontraban en la zona baja de su mejor amiga. Cuando su amiga estaba lo suficientemente mojada bajó dando besos en el cuello, pechos, abdomen y un último en la feminidad de Riley. Empezó a jugar con ella, dejándola al borde del orgasmo y no dejándola llegar.

-¿Quieres jugar? Pues es mi turno.

Levantó a Maya y la puso bajo su cuerpo, se deshizo rápidamente de las ropas de la rubia, besó y mordisqueo sus pechos antes de llegar a la zona en la que estaba realmente interesada. Lamió cada parte y metió su lengua, cada vez que Maya se acercaba al orgasmo paraba, hasta que metió un dedo, seguido de otro y uno más, la rubia no podía creer la experiencia de su mejor amiga pero se dejó tocar y acariciar, hasta que Riley finalmente la dejó llegar al climax.

-Déjame que te lo recompense.

Pide recuperando el aire, sus manos empezaron a apretar pechos y pezones, mientras su lengua entraba y salía, Riley acompañaba con sus gemidos y los movimientos de caderas, finalmente la dejo tener el bendito orgasmo y se acercó a su boca, se besaron una vez más y se acostaron una junto a otra. Pasaron cinco minutos y en la pieza las respiraciones empezaron a calmarse.

-¿Segundo round?

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