CAPITULO 34

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Ayúdame a irme por favor, te lo suplico hermana! 

SOFIA: No hay nada que desee más que verte feliz, que esa sonrisa nos ilumine el mundo otra vez y que ese brillo en tus ojos vuelva, que esa chispa dentro de ti nunca se apague. Si irte te da paz y te hace sentir mejor pues así será Andrea, sólo quédate unos días más. 

Papá nos compró un departamento en Miami, es espacioso, lujoso, con vista al mar, tiene todas las comodidades que tu y el niño necesiten, estoy segura que allí tu nueva vida será diferente.  Iré a verte, siempre que necesites algo llámame y yo estaré ahí. 

En cuanto mamá se dé cuenta que te fuiste te cancelará las cuentas y las tarjetas, ya sabes como es ella y es mejor saberlo desde ahora. Puede ser muy cruel cuando se lo propone, no sé en qué momento se convirtió en ese monstruo que es. 

yo te voy a estar enviando dinero, ya sabes que con mi trabajo puedo obtenerlo sin necesidad de usar el de papá y cada vez que pueda ir compraremos lo necesario para el bebé, es una nueva vida por lo tanto necesita todo nuevo y te aseguro que a esa cosita no le faltará nada, sus tías nos encargaremos de eso y mucho más.

ANDREA:  No sé como agradecerte todo esto sofi, es demasiado. Yo -tapé el rostro con ambas manos mientras corrían lágrimas por mis mejillas- .

Esto me hace muy feliz! 

SOFÍA:  Anda ven...

y la acogió entre sus brazos apretándola tan fuerte como para no soltarla jamás. Era su hermana, su deber era cuidarla y protegerla de todos los maltratos y humillaciones de su madre, no permitiría jamás esos abusos de su parte, no mientras ella estuviera ahí para frenarla. 

Trae la laptop Andrea, antes que mamá te cancele las tarjetas haremos shopping virtual.

ANDREA: Gracias por todo lo que haces, no sabes lo importante que es todo esto para mí.

Acaso eso existe?  El shopping virtual?

SOFIA: -Rió- Pues no estoy segura pero a lo mejor lo acabo de inventar. 

ANDREA: La risa contagiosa de Andrea inundó todo el lugar, se sentía bien y la paz empezaba a llegar a su corazón. 

SOFÍA: No sabes cuanto extrañaba esa sonrisa y lo hermosa que te ves sonriendo. Espero seas muy feliz Andrea! 

IRINA: A ver , a ver... Cuantas risas por aquí... Quiero escuchar ese chiste Andrea porque tu risa se escucha en todos los pasillos de la casa, es que nunca te podrás reír como una persona normal?

SOFIA: Ella siempre se ríe como foca epiléptica, pero no me importa  me encanta escuchar esa risa ahora, nunca me había sentido mejor con ella.

Entre risas, abrazos y chistes compraron ropa y artículos de bebé unisex, ya que era muy pequeño y el sexo no se podía saber. Andrea compró 2 boletos de avión, uno para Miami y otro a Paría, en cuanto a lo que compraron lo enviaron a una dirección no rastreable por su madre, así los boletos la confundirían y no sabría donde ella se encontraría. 

Los días transcurrieron, Andrea había decidido quedarse con sus hermanas unos días más como se lo había prometido a Sofía, el abuelo las conocía y sabía que algo estaban tramando, cada vez que el pasaba cerca dejaban de hablar y solo se escuchaban risas. El solo quería que Andrea estuviera bien. 

Samuel seguía pensando en los regalos que seguía enviando a Andrea, pero ella seguía sin recordar, se estaba consumiendo entre el sufrimiento y el va y ven de los días, su corazón no podía más, necesitaba estar cerca de ella. Sus hermanos le propusieron irse a vivir con ellos y que buscara trabajo en la ciudad, estar alejados de él no les hacía nada bien, a lo que él aceptó.

Dos Caminos, Un solo Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora