1: EL INDIO Y SU PERRO

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Una tarde de noviembre, cerca de la desembocadura del río Sin Nombre en el Pacífico, un hombre y un perro, de pie uno, echado el otro, parecían vigilar sobre una roca las entradas de los estrechos que forman allí las islas del archipiélago.
La soledad y el silencio cercaban al hombre y al perro: al frente, el mar y las islas; a sus espaldas, los altos picachos nevados y las tierras inexploradas aún. Parados sobre la roca, agitados por el viento y salpicados por el rocío de alguna ola que reventaba con fuerza, vigilantes, inmóviles, eran lo único humano que alentaba, por allí.
—Indio —dijo el hombre—, ¿no viene el amo?
El perro levantó la cabeza y miró al hombre; se miraron un instante los dos, y el animal, volviéndose hacia el mar, ladró furiosamente, echándose luego a los pies del que lo interrogaba.
El hombre era alto, muy bien formado; su rostro tenía un suave color aceituna pálido y sus facciones, aunque no bien proporcionadas, no eran desagradables. Pelo negro, laxo y recio, ojos negros también, algo sesgados, nariz ancha, pómulos un tanto salientes y boca de labios gruesos.
Su cara, a pesar de aquellos duros rasgos que acusaban un origen indio, daba una impresión de bondad. Era un hermoso ejemplar, uno de los últimos de la raza que pobló antiguamente la Tierra del Fuego: la ona.
Calzaba altas botas; pantalón y chaqueta de pena amarilla obscura cubrían su cuerpo, y en la cabeza, a falta de sombrero, llevaba un pañuelo que sujetaba su cabellera. Colgada, al hombro llevaba una carabina y de su cinturón pendía un machete de monte.
El perro, cuyas tiesas orejas estaban en continua escucha y que ladraba animosamente cuando algún pato a vapor golpeaba con las alas las tranquilas aguas del río, era un animal extraño, parecido al mismo tiempo a un lobo y a un zorro, delgado, pero musculoso y ágil, de hocico puntiagudo y ojos vivaces. Como su amo, pertenecía a una raza ya casi extinguida: la de los perros fueguinos.

La ciudad de los cesares -Manuel Rojas- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora