CIUDAD DE BRUJAS

LA DECISIÓN DE LAILA

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Me levanto a las 9, me meto al baño y sin siquiera mirarme al espejo me quito la ropa y me meto en la bañera para tomar un baño de espuma.

-lo tengo decidido, hoy cambiare por completo, voy a aprovechar mis cuatro poderes elementales para decir al mundo quien soy. Pueden meterse conmigo pero con mi familia y amigos, me gustaría verlos intentarlo siquiera, que se atrevan ya verán lo que les espera.-digo en voz alta, entonces comienzo a jugar con el agua haciendo que las gotitas de agua del cristal formen palabras por si solas. Hay tres que me sorprendieron en particular: CAMBIO, TRANSFORMACION, METAMORFOSIS.

-cambius, transformus, metamorfus  -digo sin siquiera pensarlo, al momento miro mi pelo rubio que crece algo más de 15 cm además se me tiñe de rojo- increíble, mama va a flipar- pienso saliendo del baño para mirarme al espejo-mis ojos están… están cambiados, ahora son rojos pero los míos eran azules.

- mama llamo mientras me pongo el albornoz- mama ven rápido, no sé qué me está pasando.-oigo los pasos acelerados de mi madre por las escaleras y a continuación la veo entrando en el baño.

-que…  que esta pasando aquí, quien eres tú, donde está MI hija.

-mama soy yo –le digo mostrándole el tatuaje del dragón que ahora esta al rojo vivo.

-laila cariño que te ha pasado estas preciosa.

-no lo sé mami puede ser el aumento de poder o que haya pronunciado una palabras en lo que me pareció gaélico. Creo que me ha convertido en lo que soy en realidad con poderes incluidos. Una bruja hija de una diosa muy poderosa.

Me vuelvo a mirar al espejo y me fijo que tengo mejor figura y soy 5 cm más alta que antes, además de no reconocerme en nada, no tengo ningún signo de la laila de siempre, soy otra persona. Sin darle mucha importancia me seco mi pelo ahora con rizos y muy largo -la verdad es que me favorece el color de pelo- pienso. Decido vestirme muy guapa para impresionar a todos y sobre todo a Edward.- me pregunto que dira el al verme asi.-me sonrojo solo de pensarlo. Acabo de maquillarme y me pongo unos tacones negros, con una camisa de tirantes blanca con una calavera en el centro y unos shorts vaqueros  desgastados

-perfecta- digo echándome la mochila al hombro y dándome un último repaso en el espejo, por ultimo me hecho perfume y un poco de pintalabios, algo muy simple. Alguien llama a la puerta y mi madre abre a la vez que se queda perpleja al verme tan guapa

-wau hija estas preciosa- dice mi madre acercándose para darme un beso en la mejilla.

-ejem, hola señora Haliwel , está Laila?-las dos nos empezamos a reir, pues ni siquiera me reconocia.

- la tienes delante de ti cariño.- dice con dulzura mi madre

-pero como Laila es esta chica tan tan tan … despampanante –trago saliva y note que le costaba hablar.

- si Edward soy yo solo que la magia nueva me ha sentado muy bien por lo visto.-digo acercándome a el para darle un beso en la mejilla. A el se le abrió la boca del asombro.

-que, nos vamos, que llegaremos tarde-dije y de paso cogí mi escoba dispuesta a bolar encima de ella, Edward tubo que coger la suya de su casa y salimos volando directos al colegio.

Cuando llegamos todos nos miraban más bien a mi pero también a Edward por ir en escoba cuando no se podía. Muchos chicos me silbaban cuando pasaba al lado de ellos. Entonces empece a caminar lo más sexy posible si se podía ya que lo hacia desde que me baje de la escoba. Vi a un chico al lado de la fuente y decidí divertirme y lo moje, con la mala desgracia de que se le mojo la camisa que se le quedo adherida al cuerpo marcando sus abdominales, dios mío que cuerpazo tenía ese chico.

Vi a otro que el pobre parecía un nerd que se le había “caído” los libros y las hojas estaban desparramadas por el suelo, asi que decidi ayudarlo, con una brizna de aire hice que los folios y libros se ordenaran sobre sus manos. El chico se asusto tanto que se le volvieron a caer los libros. Yo me reí por lo bajito y me acerque a el y repeti la acción de ordenar los libros. Todos me miraban , pero eso no me molestaba, al contrario me agradaba,pues nadie me hizo mucho caso a lo largo de mi vida excepto Mica claro.

-gra…gra…gracias- consiquio decir el chico sin atreverse a siquiera miraeme alos ojos.

- como te llamas chico? Yo soy laila haliwel

-Michael Evans- me dijo levantándose del suelo.- me tendio la mano y yo se la acepte gustosa.

- bueno Michael ha sido un placer ayudarte y conocerte pero debemos irnos a clase adiós- dije saludándole con la mano.

-tenias que hacer eso?-me pregunta Edward –

- tranquilo ,un poco de diversión no mata a nadie.-

-pero te pones en peligro laila – ten cuidado por favor, no hagas que me preocupe más de lo que estoy-me dice cogiéndome la mano con ternura y delicadeza. Le dedico una amplia sonrisa y nos dirigimos a nuestras aulas.

Nos toca artes mágicas y brujería y luego vuelo con escoba.

La primera hora se me pasa volando, nadie para de mirarme pues todos los hechizos me salen mejor que a la profesora y eso a ella la irrita, es muy competitiva. Pero por mucho que intente superarme no lo consigue ni por asomo. La clase se rie mucho cuando la ven intentándolo  con todas sus fuerzas sin poder mejorar.

Las siguientes clases se me pasan igual de rápidas que la primera, me sale muy bien bolar en escoba y preparar pócimas que nunca he hecho, más no importa porque se que a cada minuto mi poder aumenta con gran rapidez, es mejor hacerle caso a Edward pues me dice que muchos brujos malvados estarán intentando capturarme para robarme mis poderes.

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