• Sorpresas •

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Siempre he creído en lo sobrenatural así como creo que puedo terminar loca por estar tanto tiempo en el mismo sitio, por lo tanto estoy decidida a salir, aunque reciba un castigo. Baje las escaleras directo a la sala.

— ¿Mamá? - dije suavemente mientras la veía revisando unos papeles en la mesa de centro.

— ¿Qué? - soltó brusca y fría como siempre, sin mirarme. Suspiré.

— ¿Puedo salir a... - no me dejo continuar.

— No. - Okey se negó más rápido que cualquier otro día.

— ¿Por qué? - pregunté alzando la voz, lo que hizo que girará en mi dirección, pero me dije que tenía que controlarme si quería que mi plan saliera a la perfección. - no tardaré mucho solo necesito ir a la biblioteca, saliendo de clases deje mis apuntes allí.

— Puedes hacerlo mañana cuando vayas camino al instituto. - sentenció regresando la vista a los papeles.

— Tengo una importante prueba en la mañana y necesito esos resúmenes para estudiar, son muy largos y no los puedo hacer de nuevo. - sabía que para ellos la educación era un tema delicado y a pesar de que teníamos una gran biblioteca en la casa no contábamos con todos los libros. La escuche suspirar.

— No puedo llevarte, tendré una importante junta en una hora y debo prepararme. Tu papá no ha llegado aún. - tomo su cabeza con su mano derecha y vio su reloj de pulsera. - Te llevaré pero estarás máximo 30 minutos, tendrás que regresar sola.

— Esta bien. - conteste sería mientras aguantaba la emoción, subí a mi habitación. Me cambie rápidamente y salí rumbo al centro del pequeño pueblo, específicamente hacia biblioteca local.

— ¿En que puedo servirle señorita? - dice una extraña voz apenas entro al lugar, frunci el ceño, siempre vengo a la biblioteca y nunca había visto al hombre que me atiende en este momento.

— Buenas tardes, ¿la señora Murphy dónde está? - la señora Murphy la amable bibliotecaria, tiene casi 70 años, me conoce desde muy pequeña... es una persona muy importante para mi y siempre esta aquí.

— Oh - exclamó el hombre - ella fue a visitar a su hija en la ciudad regresará la semana que viene - Bien eso es realmente extraño, debe haber sido una emergencia para que ella se fuera repentinamente. Solo pasa las navidades con su hija y se turnan en los cumpleaños, de igual forma deje el tema pasar. - ¿Qué se le ofrece señorita?

— Conozco el lugar, le avisaré si necesito algo. - conteste con una falsa sonrisa. No me gustaba este hombre.

Camine por los pasillos hasta encontrar lo que buscaba libros antiguos sobre religión, ritos, mitología, estuve un par de horas revisando, hojeaba hasta que encontré un viejo recorte de periódico este hablaba sobre una leyenda, el titular decía "El terror se apoderó, ellos regresaron por ella" esto llamo mi atención, pero cuando estaba por leer más un fuerte ruido resonó en el lugar, pegue un respingo y subí la vista vi al hombre que estaba encargado de la biblioteca recogiendo un pesado libro causante del estruendo anterior, el hombre me dirigió una mirada cómplice y una discreta sonrisa no hice nada más que volver mi vista al recorte de periódico que no estaba ¿qué? Mire a todos a lados por si se me cayo pero no estaba en ninguna parte, ni siquiera había brisa ¿qué es lo que sucede? No soporto la incertidumbre. Suspiré y salí rápidamente de la biblioteca, justo cuando cruce la calle frene en seco y me di cuenta de algo corrí devuelta, entre sutilmente y el hombre no estaba pero me dirigí al lugar donde el libro se había caído y allí estaba "1864" era lo único que decía la portada, estaba lleno de polvo pero el material era muy resistente. Cuando intente abrirlo estaba sellado.

— Ay, por favor ¿tampoco puedo abrir un libro? - dije en un susurro

— Claro que puede señorita, pero todo en su momento.

— ¿Quién es usted? - nos miramos fijamente, y el hombre arqueo una ceja - Lo sabe todo, ¿no? - sonrió como si hubiera dado en el punto de la conversación.

— Puede que si, como puede que no sepa nada. Mi identidad no debe ser revelada frente a usted. Pero ya lo sabrá, si es que quiere descubrirlo.

— Claro que quiero, por eso estoy aquí.

— Paciencia joven, tome acciones y conseguirá lo que quiere.

— Siento que todo es un juego.

— No, no lo es. Pero no es fácil lo que está por descubrir, muy pocas personas tienen la suerte de saber lo que usted está apunto de conocer, pero le daré un consejo siempre este atenta y no confíe en nadie solo en usted.

— ¿Debo aplicar ese consejo con usted?

— Para cualquier persona hasta que aprendas a detectar un alma transparente.

Suspiré, y luego de despedirme emprendí mi camino a casa, llevando conmigo unos simples apuntes para que mamá no sospechara nada, cabe destacar que no tendré la prueba que le dije mañana. Tenía muchas preguntas en mente, no confiaba en que el tiempo me las respondería, porque quería respuestas ya.

Llegue a casa a la hora acordada, pero para variar no había nadie y aunque puede que suene insensible lo prefería así. Tome un refrigerio de la cocina y subí a estudiar en mi habitación, últimamente estaba bajando mis calificaciones y no me conviene que mis padres se enteren de eso...

Al pasar la puerta de mi cuarto, se fue la luz ¡genial! Precisamente en este momento. Encendiendo la linterna de mi teléfono camine hasta acomodar mis cosas, gire para acostarme en mi cama cuando escuche un fuerte estruendo en el piso de abajo, me sobresalte enseguida ¿ladrones? Bien, estaba sola con ladrones. Inmediatamente apague la linterna de mi teléfono e intente cubrirme en algún sitio de la habitación, pero no sabía dónde. Escuchaba pasos subiendo por la escalera acompañado de cosas quebrándose, estaba muy nerviosa y no tenía lugar para esconderme, siento que se acerca cada vez más a mi puerta, gira la manilla; la puerta rechina tal cual película de misterio, veo un pie dentro de la habitación y la puerta se abre con una fuerte ráfaga de viento. Abro los ojos con terror, solo podía ver los pies de quién sea que estuviera allí, a un par de metros de donde me encontraba acurrucada, mi respiración no la controlaba, se escuchaba por toda la habitación. Pasos lentos se aproximaban a mi escondite no tan escondido estaba asustada, realmente lo estaba.

— ¿Dónde quedo tu valentía, humana? - dijo la voz que se acercaba, no le conteste no tenía voz. - veo que se esfumó. Vamos a terminar con esto de una vez.

Levantó una de sus manos, aún no podía verle la cara justo cuando se acercaba a golpearme con lo que sea que tenía otra ráfaga de viento llego lanzándolo bruscamente al otro lado de la habitación. Me levante rápidamente y me tomo unos cuantos segundos evaluar lo que tenía en frente. Abrí mis ojos completamente y grité, grite hasta que la fuerza de mis cuerdas vocales llegaron a su punto máximo, extendiendo el sonido unos cuantos metros fuera de casa hacía el bosque. No podía creer lo que estaba viendo mientras yo misma me aturdía con mi grito desgarrador.

A través de la VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora